Violeta Barrios de Chamorro, la primera mujer presidenta de Nicaragua y la primera jefa de Estado elegida democráticamente en América Latina, símbolo de la lucha por la democracia en el continente, murió este sábado a los 95 años en San José, Costa Rica. La noticia fue confirmada por su familia mediante un comunicado.
«La familia Chamorro Barrios informa que nuestra madre, Violeta Barrios de Chamorro, ex presidenta de Nicaragua, falleció hoy, 14 de junio de 2025, a las 2:21 de la madrugada en San José, Costa Rica, a la edad de 95 años, después de una larga enfermedad», se lee en en parte del escrito.
«Doña Violeta falleció en paz, rodeada del cariño y del amor de sus hijos y de las personas que le brindaron un cuido extraordinario, y ahora se encuentra en la paz del Señor», expresa la declaración familiar, que también agradece a quienes acompañaron a la exmandataria en sus últimos años, así como a Costa Rica, país que la acogió y donde vivió sus días finales, exiliada por la persecución del régimen de Daniel Ortega.
La familia resalta que los restos de Barrios de Chamorro descansarán temporalmente en Costa Rica «hasta que Nicaragua vuelva a ser República, y su legado patriótico pueda ser honrado en un país libre y democrático».
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El legado de Violeta Barrios de Chamorro en la democracia nicaragüense
Violeta Barrios de Chamorro ejerció la presidencia de Nicaragua entre 1990 y 1997. Su elección significó un punto clave para la democracia nicaragüense, ya que terminó una década de guerra civil e inició un proceso de reconciliación nacional en un periodo especialmente convulso para el país.
Asumió el poder tras vencer a Daniel Ortega en las elecciones, liderando la Unión Nacional Opositora (UNO), una amplia coalición de partidos. Su triunfo y gestión marcaron el comienzo de una nueva etapa de esperanza para miles de nicaragüenses.
Nació en Rivas en 1929, en una familia que se convertiría en una de las dinastías políticas más influyentes de la Nicaragua moderna. Su protagonismo público creció tras el asesinato de su esposo, el periodista y director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en 1978. Este hecho desató una ola de protestas que aceleró la caída de la dictadura de Anastasio Somoza. Desde entonces, Violeta dedicó su vida pública a defender la libertad de prensa y los derechos ciudadanos, enfrentando riesgos y amenazas en un contexto de violencia política.
Durante su gobierno, promovió la paz y el desarme social tras años de conflicto. Implementó medidas de ahorro para reactivar la economía del país, enfrentó importantes retos en la administración pública y buscó armonizar las demandas de diferentes grupos políticos. Su legado se caracteriza por su capacidad para negociar, su defensa firme de la democracia y su liderazgo ejemplar en momentos difíciles.