28 C
El Salvador
jueves, 17 julio, 2025

¡Un taller que revive los juguetes de la infancia!

En un pequeño taller de Cojutepeque, un artesano revive los mejores recuerdos de infancia con la elaboración de juguetes tradicionales.

En una época dominada por pantallas y dispositivos electrónicos, Julio Juárez apuesta por la nostalgia. Con manos expertas, da vida en su taller a juguetes tradicionales como yoyos, trompos y capiruchos. Más que un arte, su trabajo es un puente al pasado, una forma de mantener vivas las costumbres y alegrías de la infancia salvadoreña.

«Aprendí a los 16 años, me invita a su taller un amigo… Ahí aprendí y me enamoré del arte porque aprendí a hacerlo. Primero, lo que yo hice en el taller fue el capirucho, de ahí fue aprendiendo a hacer otras cosas, como los yoyos, los trompos, llaveros, cosas así, que es muy amplia la artesanía», afirmó Juárez. 

Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Fabiola Hernández.

Desde su taller en Cojutepeque, donde el tiempo parece haberse detenido, este artesano trabaja para que los juguetes tradicionales no desaparezcan. Su oficio cobra vida entre trozos de madera, torno, gubias y formones, herramientas con las que da forma a los juguetes que marcaron generaciones.

Con paciencia y dedicación, estos artesanos crean cada pieza, desde las más pequeñas hasta las más grandes, siempre con un objetivo claro: asegurar la diversión.

«Elaboramos diferentes tamaños, hasta se ha elaborado el capirucho de arito, se han hecho capiruchitos de los que se hacen aritos y así depende del tamaño del trozo, así también vamos moldeando. También elaboramos capiruchos grandes y se elaboran de diversas formas, por ejemplo tenemos el capirucho tradicional, el capirucho de campana y el capirucho de barrilito», explicó el artesano José Mauricio Pérez.

Te podría interesar: Los manglares: los pulmones verdes de la costa salvadoreña

Un taller donde la tradición cobra vida

El propósito de Julio es que cada juguete cuente una historia, por eso continúa haciéndolos de forma artesanal, preservando la tradición. En este lugar no hay moldes: cada pieza es única, como los recuerdos de quienes un día jugaron con ellos y ahora los decoran con sus manos creativas.

Fotografías: Fabiola Hernández.

Él afirma que no solo vende juguetes, sino que entrega un fragmento de infancia. Sus creaciones llegan a escuelas, ferias y mercados, y tocan el corazón de quienes aún guardan vivo el recuerdo de aquellas risas en las calles. Con cada pieza que sale de su taller, revive la alegría y la magia de la niñez.

Te podría interesar

Medicamentos vencidos: un riesgo silencioso para la salud

Medicamentos vencidos: un riesgo silencioso para la salud

Una persona fallecida y varios lesionados en accidentes de tránsito

Una persona fallecida y varios lesionados en accidentes de tránsito

Ganaderos de Nahuizalco trabajan en la prevención del gusano barrenador

Ganaderos de Nahuizalco trabajan en la prevención del gusano barrenador

¿Su perro le teme a las tormentas? Así puede ayudarlo a sentirse seguro

¿Su perro le teme a las tormentas? Así puede ayudarlo a sentirse seguro

Reprobados alcaldes del occidente del país, según encuesta UES

Reprobados alcaldes del occidente del país, según encuesta UES

Últimas noticias