¿Se imagina estar cerca de un tiburón y disfrutar de sus ocurrencias? Esto es lo que ocurre en las calles del Centro Histórico de San Salvador. Una botarga se ha convertido en la atracción de chichos y grandes: Tiburoncín.
Este divertido personaje fue creado por Gerson Gálvez, un joven que ha logrado llamar la atención y llevar entretenimiento a las familias salvadoreñas.
Todo inicia en casa, Tiburoncín vive en Apopa y junto a él, su familia se prepara para llegar hasta el Centro Histórico para brindar muchas risas y alegría. Su mamá Cecilia Gálvez se encarga de hacer pinta caritas, un trabajo que lo hace disfrazada de payasita.
Al llegar al Centro Histórico, Gerson da vida a la botarga de Tiburoncín, una actividad que disfruta y que hace reír a los demás con su estilo único y su contagioso baile.
Gerson explica que todo empezó como “un pasatiempo y es una forma de llevar alegría. Súper contento porque es algo que me divierte”.
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Su capacidad de llamar la atención es grande tanto así que logra reunir a las personas que disfrutan ver su trabajo y creatividad.