Quienes trabajan en funerarias saben que la noche puede traer algo más que silencio. En esas largas jornadas, algunos han vivido encuentros que desafían cualquier explicación lógica.
Esta entrega recopila los relatos de personas que, mientras realizaban su labor nocturna entre féretros y pasillos solitarios, se toparon con presencias que no deberían estar allí… pero estaban.
«Eran como las 10 de la noche, íbamos hacia un cantón a dejar un servicio funerario y teníamos que pasar a la par de un cementerio… La mente es traicionera… Esa vez, como repito, ya habíamos pasado cientos de veces y me pongo a pensar yo: “Bueno, ¿y si me fueran asustando? Por ir pensando eso, cuando veo una persona, una señora. La sorpresa fue cuando ella me salió adelante, cuando ya salió a la carretera, ella no caminaba, ella flotaba. Ahí si la piel se me erizó y ya iba yo bien tenso, lo único que hice fue agarrar el timón y ponerme serio, pasar a la par de ella, pero sin verla», relató Edwin Suria, encargado de una funeraria.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Alex Rivas.
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Los misterios que acechan en las funerarias
Pero este no ha sido el único suceso extraño que han presenciado. Incluso a plena luz del día, algunos trabajadores aseguran haber vivido encuentros que resultan difíciles de comprender para quien no los ha experimentado.
«De repente se oye un ruido, no siempre se distingue cuál caja (ataúd) fue la que tronó. En ese lapso de tiempo, a veces se da algo paranormal o anormal, se mueven algunas cosas, se cae un vaso. Pues el mito dice que como que el espíritu del muerto viene y escoge el ataúd. Luego quizás a la hora o media hora se recibe la llamada de que viene algún cliente y escoge un ataúd, ya la familia cuando ya se hace presente y viene a ver el ataúd, casualmente pareciera que es el ataúd que el muerto escogió el que estuvo tronando. Eso ocurre muy consecutivamente, a veces puede ser en la madrugada, en la noche o a veces en la tarde. No hay una hora específica para que eso suceda», narró Mauricio Bayona, encargado de una funeraria.
Donde la vida se despide, a veces quedan huellas invisibles que no se alcanzan a comprender. Para algunos son simples coincidencias; para otros, señales que recuerdan que los misterios están muy cerca.









