Luis Treminio, presidente de la Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO), analizó esta mañana en la entrevista de Frente a Frente, de TCS, el panorama proyectado para la agricultura en El Salvador.
“Nosotros hemos dicho: si no se hace nada en 5 años más, no tenemos agricultura en El Salvador, porque la edad promedio de los agricultores es de 64 años. La juventud ha ido migrando, perdiendo el interés por la agricultura. Hay que hacer que los jóvenes vuelvan a tomar interés hacia el sector”, dijo Treminio.
Esto se sustenta con el envejecimiento poblacional en nuestro país, combinado con la emigración masiva que se ha tenido en los últimos años; lo cual, ha creado un vacío demográfico.
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Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre enero y septiembre de 2024, se registró el retorno de 11,475 personas, entre niños y mayores de edad, principalmente provenientes de Estados Unidos y México.
Tras consultarle sus profesiones u oficios a 3,067 de estos compatriotas retornados, el 58.8 % dijo se dedicaba a la agricultura; mientras que un 7.3 %, laboraba en la construcción y un 5.8 % en la manufactura de productos.
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Ante esto, el presidente de CAMPO fue enfático: “tenemos 5 años más, para ver cómo convencer para que los jóvenes se integren a la agricultura… si no lo logramos, la agricultura va a desaparecer; porque una persona de 69 o 70 años, difícilmente va a producir”.
Seguridad alimentaria vs. soberanía alimentaria
Además, un punto de reflexión es que en el análisis del representante de los agricultores, es delicado en cuanto al acceso a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para todas las personas en el país.
“Estamos en un nivel preocupante. Podemos decir que seguridad alimentaria no la tenemos, se va a cubrir con importaciones; pero lo más complicado que tenemos, es que cada vez nos vamos alejando de la soberanía alimentaria. Seguridad podemos conseguir con productos importados y con eso cubrimos, pero la soberanía es que nosotros produzcamos y no estamos produciendo», enfatizó Treminio, quien agregó que «en 2021 – al menos – se tuvo soberanía alimentaria en maíz y frijol; a partir de 2022, comenzó a caer la producción».
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Treminio, al decir que el panorama para 2025 “no es nada alentador” ya que el ciclo agrícola 2024-2025 se convirtió el ciclo más bajo en los últimos 8 años, lo sustenta con cifras.
Efecto en agricultura
Al desglosarlo, se detalla que en el ciclo agrícola 2024-2025, fueron 10 millones 997 mil quintales de maíz – cuando la demanda del consumo es de 18 millones 800 mil quintales – lo que equivale a un déficit de 7 millones 800 mil quintales; mientras que, de frijol, el consumo nacional es 2 millones 400 mil quintales y la producción fue de un millón 352 mil quintales; es decir, un déficit de un millón 48 mil quintales. En el caso del sorgo, el consumo nacional es de 2 millones 900 quintales y la producción fue de 2 millones 25 mil: un déficit de 875 mil quintales.
En el caso del arroz, el consumo nacional es de 900 mil quintales, pero la producción fue de 635 mil: un déficit de 270 mil quintales. “Un total (entre maíz, frijol, sorgo y arroz) de 9 millones 959 mil quintales para el año 2025”, detalló Treminio.
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Para el experto en ese sector, todo esto ha sido producto del cambio climático, elevación de los precios de los insumos agrícolas (por la guerra Rusia-Ucrania), el fenómeno de El Niño, incremento en el alquiler de las tierras y que se ha escaseado la mano de obra, lo cual se refleja en los sectores de granos básicos y ganaderos.
Treminio aclaró que en este momento no hay escasez de frijol, ya que está saliendo la cosecha; calcula que, con la producción, se llegará a junio. Será una situación similar a la de 2024, pero en la que sí se necesitará más frijol. En el caso del maíz, detalló, que se puede resolver con proveedores de Estados Unidos, México, Argentina y Brasil.
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