Desde que Adiel llegó al mundo, su madre notó algo especial en él. A los pocos meses ya caminaba y antes de cumplir cinco años podía leer, escribir y comunicarse en inglés. “Ellos (otros niños) empezaban a hablar y él ya estaba contando… pero en inglés”, recuerda su madre con una sonrisa. En el aula, también destacaba: “La seño le decía que hiciera una cosa y él respondía: ‘No, yo ya sé’”.
Durante una breve interacción con él, su talento se hace evidente. “¿Cuál es el color en inglés de este?”, le pregunta su madre mientras sostiene una tarjeta de colores. “Pink”, responde Adiel con seguridad. “¿Y este?” “Pink”, repite sin titubear. Su agilidad mental y su memoria demuestran una madurez cognitiva avanzada para su edad.
Adiel: un talento que despierta preguntas
Aunque Adiel aún no ha sido evaluado con una prueba de coeficiente intelectual, su desarrollo sugiere características de un niño superdotado, término que describe a menores con habilidades excepcionales, alta curiosidad y una gran capacidad para aprender con rapidez.
Según especialistas, existen dos tipos de superdotación: una relacionada con un coeficiente intelectual elevado (enfocada en el rendimiento académico); y otra vinculada con la creatividad y la resolución de problemas en la vida cotidiana.
En ambos casos, estos niños necesitan entornos que estimulen su potencial. “El sistema educativo formal no siempre es suficiente”, explicó el psicólogo Miguel Cubías.
“Es importante impulsarlos en áreas como la ciencia, el arte, la música o el deporte, donde puedan desarrollar sus capacidades sin sentirse limitados”, agregó Cubías.
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Un futuro lleno de esperanza
En el país, el programa Jóvenes Talento El Salvador (desarrollado por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología) busca identificar y formar a estudiantes destacados en ciencia y matemáticas desde tercero hasta noveno grado.
Iniciativas como esta representan una oportunidad para que niños como Adiel sigan creciendo en entornos que reconozcan su genialidad.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Elizabeth Alas.
Su madre tiene claro el sueño que quiere para él: “Yo quisiera que mi hijo tuviera puertas abiertas en buenas universidades, que pudiera viajar y desarrollarse más allá”, afirmó con esperanza.
Adiel apenas comienza su camino, pero su curiosidad, inteligencia y pasión por aprender lo perfilan como una de las mentes más brillantes de su generación.
