Tras un reciente tiroteo escolar en Austria, surge la pregunta de ¿cómo es posible que en países considerados seguros o desarrollados ocurran tragedias como estas? Aunque Europa cuenta con leyes estrictas de control de armas y registra una frecuencia menor de tiroteos en centros educativos que Estados Unidos, estos hechos siguen ocurriendo.
Según el criminólogo Misael Rivas, en Europa, conseguir un arma de fuego no es sencillo, especialmente para un menor de edad. Sin embargo, el acceso ilegal continúa siendo una realidad.
“En países como Suecia, el arma puede venir de la familia: un rifle de cacería heredado del abuelo. Aunque no es común, tampoco es imposible. Y la venta de armas clandestinas existe en casi todo el mundo”, señaló el criminólogo.
En cambio, en Estados Unidos, el acceso a armas es más permisible. El país norteamericano tiene un historial más prolongado y frecuente de tiroteos escolares. Datos de monitoreo internacional indican que entre el año 2000 y 2022 se reportaron 109 casos de este tipo, mientras que Europa registró números menores. Por ejemplo:
- Francia: 6
- Alemania: 5
- Finlandia: 3
- Reino Unido, Austria, Italia, Países Bajos y Suiza: 2 cada uno.
Factor humano tras los tiroteos escolares
Las cifras por sí solas no explican el fenómeno. En muchos casos, los atacantes mostraron signos de alerta emocional y social que fueron ignorados. Problemas como el aislamiento, la frustración y la falta de apoyo emocional en casa se repiten en los antecedentes de varios agresores.
“Si no hay cercanía con los hijos, pueden desviarse. Puede volverse drogadicto, o incluso asesino”, indicó el criminólogo.
Te podría interesar
Según la psicóloga Katherine Campos, en sociedades tecnológicamente avanzadas, el desarrollo no siempre va de la mano con la salud emocional. “Los padres llegan a casa agotados, conectados al teléfono, pero no a sus hijos. Los niños crecen solos, sin canales para expresar sus emociones y esas emociones acumuladas pueden explotar”, explicó.
Además, esta desconexión digital puede generar vacíos profundos. Muchos adolescentes muestran señales claras de alerta: cambios drásticos de comportamiento, aislamiento, obsesión con temas violentos. Pero a menudo, los padres no las reconocen a tiempo. “Creen que todo está bien porque les dan lo material. Pero no los escuchan. La adolescencia es el momento clave para intervenir, cuando aún es posible reparar”, agregó la psicóloga.
¿Qué se podría hacer?
Combatir los tiroteos escolares no pasa solo por restringir el acceso a las armas. También requiere escuchar a los jóvenes, fortalecer los vínculos familiares y garantizar entornos seguros, sanos y empáticos.
Te podría interesar: Líder supremo de Irán prometió que su país no se rendirá









