Con casi 90 años, María López ha hecho del papel crespón su herramienta favorita, creando flores de todo tipo, incluida la icónica flor de izote.
Su rutina diaria consiste en crear la delicada flor artesanal, una técnica que domina desde su infancia.
«Quien me enseñó fue una hermana, que era la primera hija que tuvo mi mamá. Ella fue la que aprendió bien el oficio y ella me enseñó a hacer la flor de crespón, eso desde la edad de 10 años vengo trabajando la flor de crespón. Yo de todo le trabajo rosa, botón, lo que me pida la gente, gladiola o nardo», señaló López.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Fabiola Hernández.
Elaborarlas requiere paciencia y precisión, pero el resultado final es impresionante.
«Lo primero que hago es la flor, y después voy con el botón, ya después dejó por último la hoja, pegarla, para así armar la flor… Todo el día pasó haciendo lo mismo, todo el día me lleva, hay que hacer la flor, hay que hacer el botón, hay que armarlas», comentó la artesana.
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El arte de las flores de papel crespón sigue vivo
Para su hija, María es una mujer admirable. Pese a los años, continúa entregada a sus flores, trabajando sin descanso de día y de noche.
«Orgullosa de ella, porque ella me enseñó todo esto. Pues me siento feliz de ver que todavía ella está en este mundo, trabajando sus flores y pues a pesar de sus años, ella viene siempre aquí a trabajar sus flores», expresó Adriana Pérez.
Fotografías: Fabiola Hernández.
A sus años, conserva una sorprendente habilidad manual. Cada flor exige paciencia y detalle, pero ella disfruta cada paso del proceso, logrando crear hasta 12 flores al día.
«Para sacar la docena se compra el paquete, un paquete se lleva para hacer la docena de flores… La flor grande lleva nueve gajitos y el botón, la pequeña solo lleva cinco y los botones que se le ponen alrededor», comentó López.
El arte de crear flores corre por la familia de María de generación en generación. Hoy trabaja junto a su hija, quien se dedica a elaborar las flores nacionales de los países de Centroamérica.
María y su hija aseguran que mientras vivan seguirán elaborando las flores nacionales, un arte que las llena de orgullo y satisfacción.
