El Vaticano instaló este viernes la chimenea que anunciará al sucesor de Pedro como máximo jerarca de la Iglesia católica. Un total de 133 cardenales que formarán parte del cónclave para elegir al nuevo papa, permanecerán encerrados a partir de la próxima semana en la Capilla Sixtina.
Los llamados «príncipes de la Iglesia» celebrarán cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y dos por la tarde, salvo el primer día.
Y quemarán en una estufa las papeletas de la votación para anunciar al mundo el resultado: humo negro si no logran alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios; blanco si lograran un acuerdo para la elección del nuevo pontífice.
Will VASSILOPOULOS / AFPTV / VATICAN MEDIA / AFP
Decenas de miles de personas en la plaza San Pedro y millones en el mundo a través de la televisión pondrán sus ojos en el cilindro marrón estrecho, a la espera del gran anuncio.
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Otros datos sobre el cónclave para la elección de un nuevo papa
La Capilla Sixtina cuenta con dos estufas conectadas a la misma chimenea de la que sale la única indicación de lo que ocurre en el interior.
En la más antigua se queman las papeletas de votación y las notas de los cardenales. La segunda, más moderna, sirve para anunciar el resultado de la votación. De esta última, con ayuda de productos químicos, sale humo negro (si los cardenales no llegan a un acuerdo) o blanco, cuando se ha elegido a un nuevo papa.
El humero fue instalado por una brigada de bomberos de la Santa Sede, que subieron al hastial del tejado de la majestuosa capilla. Los trabajos pasaron desapercibidos para la mayoría de turistas presentes en San Pedro.
La instalación coincidió con la reanudación, el viernes, de las congregaciones generales en las que unos 200 cardenales se reúnen para debatir las prioridades para el futuro de esta institución de 2,000 años. Pero solo 133 menores de 80 años pueden votar.
«El mundo necesita una persona totalmente coherente», dijo el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, de 82 años. «Estas personas no son muy comunes en el mundo de hoy».
El 80% de esos electores fueron creados por el papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. Muchos vienen de la llamada periferia del mundo, zonas que por años fueron marginadas por la Iglesia católica.
La mayoría no se conoce y estas congregaciones sirven para escuchar ideas e intercambiar puntos de vista.
«Uno, en estos días, va decantando algunos nombres posibles», dijo a AFP el cardenal uruguayo Daniel Sturla, que vota por primera vez en este cónclave.









