Estados Unidos endureció las reglas para enviar remesas hacia países de Latinoamérica: ahora exige una verificación de identidad más estricta y ordena reportar cualquier transacción sospechosa desde los $2,000.
Estas nuevas exigencias incrementan la vigilancia sobre migrantes sin estatus legal y podrían generar más trámites y demoras en los envíos, afectando a las familias que dependen de ese dinero.
«Esperamos que esos controles sean ágiles, las directrices que reciban las empresas intermediarias se hagan más fácil. De hecho, ya cuando uno recibe remesas o envía desde allá le preguntan quién es el destinatario, número de documentos, número de teléfono. Entonces ya hay ciertos controles. Esperamos que no haga un poco más difícil el envío de remesas y que las personas ante cierta dificultades por las vías legales recurran a otros mecanismos como hacían en el pasado, enviarlos con personas como encomiendas», aseveró el analista migratorio Óscar Díaz.
Video / TCS.
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Remesas en la región: motor clave para la economía
Entre enero y agosto de 2025, El Salvador, Guatemala y Honduras recibieron $31,337 millones en remesas, $5,346 millones más que en el mismo periodo del año pasado, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Del total, Guatemala recibió el 53.8%, Honduras el 25.3% y El Salvador el 20.9% restante.
En el caso salvadoreño, la mayoría de estos fondos llegan desde Estados Unidos y los economistas apuntan que las familias los usan sobre todo para cubrir gastos de consumo.









