Después de casi 20 años, Estados Unidos dejará de exigir a los pasajeros que se quiten los zapatos en los controles de seguridad, según una nueva política anunciada este martes.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, presentó los cambios en las normativas de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) durante una conferencia de prensa en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, en Washington.
«La Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció hoy una nueva política que permitirá a los pasajeros que viajen a través de aeropuertos nacionales mantener sus zapatos puestos mientras pasan por los controles de seguridad en los puntos de control de la TSA.
La nueva política aumentará la hospitalidad de los viajeros y agilizará el proceso de control de seguridad de la TSA, lo que se traducirá en menores tiempos de espera», se lee en el comunicado de prensa de la agencia gubernamental.
«Eliminar la política de ‘Shoes-Off’ es la iniciativa más reciente del DHS (Departamento de Seguridad Nacional) para modernizar y mejorar la experiencia del viajero en los aeropuertos de nuestro país», aseguró Noem.
«Esperamos que este cambio reduzca drásticamente los tiempos de espera de los pasajeros en los puntos de control de la TSA, lo que resultará en una experiencia más agradable y eficiente. Como siempre, la seguridad sigue siendo nuestra máxima prioridad. Gracias a nuestros avances tecnológicos de vanguardia y a nuestro enfoque de seguridad multinivel, confiamos en poder implementar este cambio manteniendo los más altos estándares de seguridad», agregó la funcionaria.
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Zapatos explosivos: el origen de una medida que duró casi 20 años
La medida de quitarse los zapatos en los controles de seguridad de EE. UU. nació tras el intento de atentado del «shoe bomber», Richard Reid, en diciembre de 2001. Reid intentó detonar explosivos ocultos en sus zapatos durante un vuelo entre París y Miami. La tripulación y los pasajeros actuaron rápido y lograron impedir el ataque, pero el suceso generó una gran alerta mundial.
Para evitar que alguien escondiera dispositivos explosivos u objetos peligrosos en el calzado, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) estableció la obligación de quitarse los zapatos en los controles. Esta regla se mantuvo vigente casi dos décadas y se convirtió en un símbolo de las estrictas normas de seguridad aérea.




