En pleno 2025, algunas personas no le dan la importancia requerida al descanso adecuado. Dormir implica atravesar varias etapas: sueño ligero, profundo y REM. Cada ciclo dura entre 80 y 100 minutos, y su interrupción provoca fatiga y problemas de memoria.
Al respecto, el especialista en sueño, Luis González, explica que «muchas personas se levantan insatisfechas porque no completan todas las fases, incluida la vigilia transicional». Estas interrupciones afectan directamente el descanso diario.
Los expertos coinciden en que no basta con dormir muchas horas por la noche. La calidad del sueño depende de la profundidad, la continuidad y la regularidad de los horarios. En ese sentido, establecer rutinas estables ayuda a sincronizar el reloj biológico y mejorar el descanso.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Sofía Shi.
Consecuencias de no dormir bien
Por su parte, el médico psiquiatra, José González, advierte que «la falta de sueño impacta la vida diaria: aumenta la irritabilidad, disminuye la concentración y favorece dolores y problemas digestivos». Estas alteraciones afectan tanto la salud física como la mental.
El descanso insuficiente también se relaciona con un mayor riesgo de accidentes y enfermedades crónicas. Además, genera dificultades en la toma de decisiones y reduce el rendimiento académico y laboral.
Los datos sobre esta problemática son alarmantes. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN) se estima que, en dicho país europeo, más de 12 millones de personas no descansan adecuadamente. De igual manera, la SEN expresa que un 45% de la población mundial padece o padecerá algún trastorno del sueño. Asimismo, la sociedad científica comparte que entre el 80% y el 90% de los casos de apnea del sueño no se diagnostican a nivel mundial.
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Claves para un descanso saludable
Los especialistas recomiendan mantener horarios regulares para dormir y despertar. También aconsejan evitar pantallas al menos una hora antes de dormir y crear un ambiente oscuro, silencioso y fresco en la habitación.
Por otro lado, la práctica regular de ejercicio físico favorece el descanso, siempre y cuando no se realice justo antes de ir a dormir. Mientras que actividades como la lectura ligera o la meditación también ayudan a conciliar el sueño.
Luis González destaca que «cuando alguien no puede dormir antes de la madrugada, la exposición temprana a la luz solar ayuda a corregir el desfase». Esta medida natural favorece la sincronización del ritmo circadiano.
De igual manera, los expertos sugieren limitar el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, ya que interfieren en la química cerebral y alteran la arquitectura del sueño.
Finalmente, José González recalca que «el abuso de bebidas energizantes y alcohol modifica de forma artificial el cerebro, afectando la calidad del descanso».
Dormir bien es mucho más que cerrar los ojos. Implica respetar los ciclos naturales, cuidar los hábitos diarios y crear un ambiente favorable para el descanso profundo









