Durante el año fiscal 2025, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) detuvo a miles de personas en situación irregular. Sin embargo, los casos no terminan en una deportación inmediata, ya que pasan por un proceso que puede extenderse hasta 90 días e incluso duplicarse, según la legislación estadounidense.
Yesenia Ruano, una salvadoreña que se autodeportó, narró la experiencia que vivió mientras asistía a la graduación de sus hijas. “Me llamaron de ICE y mi abogado confirmó que habían negado la suspensión de deportación, entonces compré boletos y me presenté a la cita”, relató.
Ruano añadió que fue monitoreada en todo momento. “Antes tuve un grillete en la mano, ellos sabían dónde iba y qué hacía”, explicó.
Detención, traslado y uniforme
El proceso inicia cuando agentes federales o la policía local detienen a una persona sin estatus legal. Posteriormente, es trasladada a un centro de detención, donde se le notifica formalmente el inicio del proceso judicial. La custodia puede cumplirse en cárceles locales, del condado o en prisiones federales, en función de la duración del caso.
La abogada de inmigración Claudia Valenzuela detalló cómo se identifican los internos. “En esos centros siempre usan uniforme. Azul si no tienen delitos mayores, naranja para delitos graves y rojo cuando se trata de crímenes severos”, puntualizó.
El analista migratorio Fernando Castro añadió que la ley establece un límite inicial. “Un inmigrante puede estar detenido hasta 90 días sin recibir orden de deportación; si no se concreta, el plazo se amplía otros 90 días”, subrayó.
Te podría interesar: Cierre de gobierno de EEUU se extenderá hasta la próxima semana
Derechos y primeros pasos clave
Durante la detención, los inmigrantes tienen derecho a asistencia legal y a presentar recursos como el habeas corpus. Los abogados pueden impugnar la decisión y buscar alternativas a la deportación.
Las primeras 24 horas son clave, con el número de extranjero asignado, la familia puede ubicar al detenido.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Diana Rivas.
Un saldo mortal en 2025
Las estadísticas de ICE también reflejan una realidad preocupante: 20 migrantes fallecieron bajo custodia en 2025, la segunda cifra más alta en la última década, solo superada por 2020, cuando murieron 21 personas en plena pandemia de COVID-19.
De los fallecidos, seis eran de México, dos de Honduras y dos de Vietnam. También se registraron muertes de inmigrantes originarios de El Salvador, Haití, India, Guyana, Etiopía, Ucrania, Colombia, Canadá, China y Cuba.









