El ballet es una disciplina artística que ofrece numerosos beneficios físicos, mentales y emocionales desde una edad temprana. Además, mejora la postura, la flexibilidad y el equilibrio, lo que favorece el desarrollo muscular y la coordinación motriz. También promueve hábitos saludables como la disciplina, la constancia y el respeto hacia uno mismo y los demás.
Según la maestra de ballet, María Elena Aranda, uno de sus beneficios es el trabajo en equipo. “Poder trabajar bajo disciplina, perseverancia, constancia, un montón de virtudes y valores que también podemos desarrollar en la danza”.
Esta práctica también aporta beneficios físicos, entre ellos una mejor postura, equilibrio y favorece el crecimiento. Según especialistas, la edad indicada para practicar el ballet es desde los tres años en adelante.
“Son niños que tienen buena postura, siempre están bien equilibrados, entonces eso nos permite que los niños logren tener una buena movilidad. Y aparte de lo de la coordinación que nos ayuda a que los niños tengan mayor manejo de su cuerpo, tengan mayor conciencia corporal y también más un poco más de equilibrio”, explicó la fisioterapeuta Vanessa Chicas.
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Por otra parte, dentro de los beneficios emocionales de practicar ballet en los niños, está una mejor autoestima. En esta parte, el rol de los padres se vuelve fundamental, para brindar apoyo en cada paso. “El hecho de estar en las presentaciones, le va generando confianza en torno al ballet”, manifestó la psicóloga Idalia Cabezas.
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