En la comunidad El Matazano, Metapán, cada año llega la época más esperada: la extracción de miel producida por abejas sin aguijón, conocidas popularmente como «abejas chumelo».
A diferencia de la apicultura convencional, el proceso de recolección de esta miel es único, tanto por la forma de producción como por el tipo de abejas involucradas. Estas no poseen aguijón, lo que permite un contacto directo y más seguro con los panales.
José Castellón, apicultor de la zona, afirma que la interacción con estos insectos es totalmente distinta: “Son muy mansas, puede meterse en medio de unas 50 colmenas y no lo pican a uno”, asegura.
Pero, ¿cómo se defienden si no tienen aguijón? El biólogo Rubén Sorto explica que estas abejas han desarrollado otros mecanismos de defensa. “Se agrupan, muerden y pueden enredarse en el cabello. Aunque no tienen aguijón, no son indefensas”, señala.
Estas abejas son nativas de El Salvador y, según el experto, han evolucionado desde hace más de 2,000 años. Se les conoce con distintos nombres según la región: “chumela”, “talnete” o “tapón de tamagás”. En algunos lugares del país, aún existen colmenas que superan los 100 años de antigüedad.
Sorto destaca que el manejo de estas abejas es más sencillo y su producción de miel resulta más amigable para el apicultor, ya que son menos agresivas que las abejas con aguijón.
Video/TCS/Reportaje Elaborado por: Alex Rivas.
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Cuidados especiales y cosecha natural de la miel de abeja chumelo
Durante la época lluviosa, los apicultores deben proteger las colmenas del agua para evitar que las abejas abandonen su hábitat. Además, es fundamental conservar los árboles que producen flores, ya que de ellos depende la alimentación de la colonia y, por ende, la producción de miel.
La miel de abeja chumelo es distinta en textura: es más líquida, por lo que resulta difícil de adulterar. “Le llamamos miel de primera. Es más clara, como agua y muy pura”, explica Sorto. La producción de esta miel toma cerca de un año, y su recolección alcanza su punto más alto entre marzo y abril.
Además de su sabor particular, se le atribuyen propiedades medicinales. “La miel es milagrosa, buena para curar gastritis, úlceras y heridas en la piel”, comenta una de las apicultoras del lugar.
Finalmente, en este proceso no se desperdicia nada: los residuos de cera se reutilizan para facilitar el trabajo de las abejas en la siguiente temporada.
La miel de abeja chumelo se consolida, así como uno de los productos naturales más valiosos y representativos del occidente salvadoreño, no solo por su sabor, sino también por su legado ancestral y beneficios para la salud.









