«Estamos clasificando formalmente el fentanilo como un arma de destrucción masiva», dijo este lunes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump al firmar la orden ejecutiva en la Casa Blanca.
La orden instruye a las agencias federales a desplegar todos sus mecanismos legales, operativos y financieros en la lucha contra el fentanilo.
El departamento del Tesoro así como el Departamento de Estado quedan autorizados para actuar contra activos y entidades financieras asociadas a la producción, distribución o comercialización del fentanilo y de sus precursores químicos.
Por su parte, el Departamento de Justicia deberá implementar penas más severas relacionadas al tráfico de esta sustancia. Mientras que el Departamento de Defensa deberá analizar si corresponde proveer recursos adicionales de seguridad nacional al Departamento de Justicia.
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El fentanilo es señalado como la principal causa de muerte de estadounidenses entre los 18 y 45 años. Trump vinculó el tráfico del fentanilo con la financiación de organizaciones criminales transnacionales y grupos armados.
Según el decreto, «el potencial de que el fentanilo sea utilizado para ataques terroristas concentrados y a gran escala es una amenaza grave para Estados Unidos».
El presidente Trump aseguró que «ninguna bomba hace lo que esto está haciendo: mueren entre 200,000 y 300,000 personas cada año».









