La salud mental es el correcto funcionamiento del cerebro del ser humano, para procesar y regular las emociones, para manejar el estrés, para pensar con claridad (atención, concentración, capacidad de resolver problemas). Tener un adecuado tiempo de sueño es clave.
Esto es vital y parte un proceso dinámico que nos permite resolver las exigencias del día a día, que nos permite ser funcionales y disfrutar la vida.
Por consiguiente, la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades del corazón e infecciones.
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“El cerebro necesita solo una noche para el desequilibrio. El cerebro necesita solo dormir mal una noche, para empezar a desorganizarse, para ver problemas donde no los hay”, dijo la doctora Elena Majano Muñoz, neuróloga internista y especialista en medicina del sueño.
Un buen sueño es pieza fundamental para el equilibrio hormonal del cuerpo humano. La afectación de la conexión entre la salud mental y la falta de sueño, provoca: ansiedad y trastornos del sueño, depresión, trastorno bipolar del sueño y déficit de atención.
«Dormir no es un lujo, dormir es un proceso biológico esencial. ¿Por qué dormir? Porque forma parte de los tres pilares básicos que conforman un individuo saludable: un sueño reparador, una dieta balanza y el ejercicio regular. Bajo estos tres pilares es que todas las especialidades médicas, bajo estos tres pilares, es que la OMS detalla que se puede llegar a tener salud global”, apuntó Majano Muñoz.

Imagen: TCS
Y es que el dormir mal, tiene impacto en el control emocional que puede generarnos irritabilidad, malestar, frustración, cambios de humor, aumento de la ansiedad y la sensibilidad al estrés.
La clave del buen sueño
Desde que el niño nace hasta los 12 años, puede dormir entre 12 y 18 horas, ya que es la edad cronológica más importante para fomentar las buenas rutinas de sueño.
Mientras que de los 12 a los 18 años, las horas de sueño permitidas, aceptadas y confiables para cumplir con los procesos metabólicos de crecimiento, de nutrición y de aprendizaje, oscilan entre 8 y 10 horas.
«Entre los 18 y 65 años, debe ser de 7 a 8 horas de sueño, con un mínimo permitido de 6. La Asociación Americana del Corazón aumenta una hora más, dicen: todo individuo entre los 18 y 64 años debe dormir en un promedio de 7 horas como mínimo y 9 como máximo… pero nosotros (Especialistas en Sueño) pedimos de 7 a 8 horas, con un mínimo de 6 (horas)”, dijo la experta, en Frente a Frente, de TCS.
Video/TCS.
Un sueño deficiente es perjudicial para nuestro cuerpo: la falta de sueño puede causar depresión, ansiedad y deterioro cognitivo.
Además, se pueden presentar trastornos como: insomnio, apnea del sueño y síndrome de piernas inquietas. Para evitar esto se debe de crear una rutina diaria, manejo correcto del estrés y optimizar el entorno de sueño.
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