Croacia superó a Islas Feroe (3-1) en Rijeka y jugará el séptimo Mundial de su historia. El quinto de un Luka Modric al que solo superarían Leo Messi y Cristiano Ronaldo (con seis).
Su buen nivel en el Milán se extendió a un encuentro que controló desde el mediocampo pero que ofreció a una combativa Islas Feroe que también quería soñar… con la repesca.
De hecho, golpearon primero. Un tanto de Turi aprovechando una recuperación en campo propio y beneficiándose de un desvío que despistó a Livakovic. Croacia, sin embargo, respondió muy rápido y Gvardiol empató siete minutos después.
Pero el duelo estaba abierto e Islas Feroe sentía que podía tener opciones de llegar con vida hasta la última jornada. Si ganaban, obligaban a República Checa a ganar a Gibraltar para evitar una repesca para la historia en el país insular. Y la tuvo Sorensen en un mano a mano que salvó el meta del Girona. Había partido.
Sin embargo, pese a la resistencia del cuadro feroés, no cambió el guion del encuentro y los balcánicos siguieron dominando. Hasta que Petar Musa hizo el 2-1 y certificó la remontada.
Ahí acabó el intento de heroicididad de Islas Feroe. Lamhauge, que llevaba un par de buenas paradas, no pudo evitar la sentencia de Vlasic tras una gran jugada y muy buen centro de Perisic.
El trabajo estaba hecho. Croacia jugaría séptimo Mundial; Modric, su quinto.
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