La ruptura política entre el presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel se veía venir en Argentina. Villarruel, abogada de 50 años, de ideología ultraconservadora, negacionista de la dictadura militar de los años 70, es hija y nieta de militares. Al iniciar la presidencia el 10 de diciembre de 2023 esperaba estar al frente de los ministerios de Defensa y Seguridad. Sin embargo, Milei la dejó sin cargos en su administración.
Esto enturbió la relación y el distanciamiento se fue acentuando. La vicepresidenta se refugió en el Senado, donde la constitución le otorga la presidencia, pero quedó excluida del círculo del poder. En la Casa Rosada acusan a Villarruel de trabajar para sí misma, pensando en una eventual candidatura presidencial fuera del partido La Libertad Avanza de Milei.
Además, Villarruel mantiene una muy mala relación con Karina Milei, hermana del presidente y secretaria de Gobierno. La tensión llegó al máximo durante una ceremonia oficial en la Catedral de Buenos Aires, el 25 de mayo pasado. Milei ignoró a propósito a su vicepresidenta y le negó el saludo. Más tarde, escribió en redes sociales que “Roma no paga a traidores”.
Ruptura irremediable en Argentina
Victoria Villarruel, como presidenta del Senado, la cámara alta del congreso argentino, avaló una sesión en la que se aprobaron una serie de leyes que suben el gasto fiscal.
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El jueves, mientras la oposición aprobaba un aumento a las pensiones de los jubilados y más fondos para las provincias, Milei y su entorno atacaron a Villarruel. La acusaron de haber hecho poco y nada para bloquear la sesión. Milei la calificó abiertamente de “traidora”, lo que activó una larga lista de ataques en la cuenta en Instagram de la vicepresidenta.
Y es que la votación fue una dura derrota para Milei, obsesionado por mantener el superávit alcanzado tras años de déficit fiscal. En la madrugada del sábado, Villarruel respondió a decenas de ataques en redes sociales.
La vicepresidenta contraataca
Victoria Villarruel dijo que si Milei estaba tan preocupado por el superávit fiscal debería “ahorrar en viajes y en la SIDE”, una referencia a los fondos que el mandatario liberal libertario destina a los servicios de inteligencia del Estado. Los viajes de Milei son objeto habitual de los ataques opositores. En 18 meses de mandato, realizó 24 giras al exterior, con un costo de $2.5 millones de dólares, según datos del propio Gobierno.
Villarruel tildó además a Milei de infantil y maleducado y lo acusó de no conocer las urgencias de los argentinos porque vive aislado del mundo en un “un palacio”. La pensión mínima en Argentina ronda los $240 dólares, muy por debajo del umbral de pobreza estimado en $1.000 dólares. La ley aprobada eleva el 7.2% las pensiones para los jubilados. Aun así, los montos no cubren el costo de vida.
Villarruel también aludió al incidente del saludo en la Catedral. “¿Un presidente que no puede ni saludar a una persona con la que llegó al poder? Hacele el reclamo a él, que yo la educación no la pierdo nunca”. Luego, le pidió a Milei que se comporte como un adulto. “Cuando el Presidente decida hablar y comportarse adultamente podré saber cuáles son sus olíticas, dado que no me habla”. Rechazó que sea parte de “la casta política” y dio a entender con tono de amenaza que conocía cuestiones que podrían comprometer al presidente: “Yo razono con rectitud. Si fuera desleal hace rato que estoy haciendo merengue con lo que veo”, escribió.
La dura reacción de Milei
El presidente Milei, fiel a su estilo, no anduvo con rodeos. El domingo compartió en su cuenta de X una serie de publicaciones ofensivas contra su vicepresidenta Villarruel. La calificaban de “traidora”, “demagoga” y “bruta”.
Milei anunció que vetará la ley que incrementa las pensiones y no descartó llevar el caso a la justicia si fuera necesario. Sin embargo, con escasa representación en el Congreso, 39 de 257 diputados y solo 6 senadores propios, Milei depende de aliados para avanzar su agenda. Mientras que la oposición necesitaría una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para revertir un eventual veto presidencial.
Analistas consideran que la ruptura en Argentina entre Javier Milei y Victoria Villarruel como un “divorcio político” de difícil reconciliación. Aunque no se prevé la renuncia de ninguno ni un repliegue político, la distancia entre ambos parece definitiva.
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