Aunque parezcan inofensivas, ciertas palabras y actitudes pueden causar un profundo daño emocional en los adultos mayores. La violencia contra este grupo etario no siempre es física; muchas veces, se esconde en gestos de indiferencia, infantilización o comentarios que deterioran su autoestima y bienestar mental.
A pesar de que muchos adultos mayores sonríen, cantan o bailan, su alegría puede ser solo una fachada. Según expertos, el dolor emocional causado por actos de violencia psicológica, incluso sin intención, puede ser invisible, pero muy real.
El geriatra Luis Bermúdez advierte que expresiones comunes como “ya no puedes”, “antes lo hacías mejor” o “yo lo hago por ti” no solo son desconsideradas, sino que también pueden provocar un aislamiento progresivo.
“Minimizar los sentimientos de una persona mayor puede llevarla al aislamiento social, porque empieza a retraerse al no sentirse a gusto en su entorno más cercano”, señala Bermúdez.
Este aislamiento, añade el especialista, puede derivar en cuadros de depresión e incluso en el desarrollo de enfermedades como la demencia. Infantilizar los sentimientos o usar frases como “la ancianita” también es una forma de maltrato psicológico.
La psicóloga Silvia Cienfuegos subraya que la exclusión o el trato despectivo tienen consecuencias directas en la salud emocional de las personas mayores.
“Ellos pueden llegar a creer que ya no son útiles, sentirse tristes, aislados, y eso puede llevarlos a una profunda depresión”, añade Cienfuegos.
Los signos de alerta de violencia en la vejez
Según Idalia Cabezas, los principales signos de depresión en adultos mayores incluyen la pérdida del interés por socializar, el desánimo persistente y el abandono de actividades que antes disfrutaban.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que uno de cada seis adultos mayores sufre algún tipo de maltrato, siendo el psicológico el más frecuente.
Ante este panorama, organizaciones como FUSATE trabajan para contrarrestar el impacto de la violencia emocional en la vejez. Su presidenta, Olga Miranda, destaca la importancia de generar espacios de participación activa:
“Inyectar alegría a través de actividades como música, deporte o canto les permite reencontrarse con un nuevo plan de vida y seguir desarrollando sus habilidades”, expresa.
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Un llamado a la conciencia
El envejecimiento es un proceso natural, no una pérdida de valor. Es preciso recordar a los adultos mayores cuánto significan en el núcleo familiar y en la sociedad es clave para preservar su salud mental.
Las palabras importan, especialmente cuando se trata de quienes nos enseñaron a hablar.









