Al menos tres agentes de las fuerzas de seguridad de Italia murieron a causa de una explosión y posterior derrumbe durante una operación de desalojo en la localidad de Castel D’Azzano, situada en los alrededores de Verona (norte), según las autoridades.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha mostrado su «profundo pesar» por la «trágica muerte» de tres agentes de Carabineros, que ha dejado además trece heridos entre «militares, bomberos y policías», tal y como ha explicado en un mensaje en su cuenta en la red social X.
La funcionaria, además, externó sus condolencias a las familias de las víctimas y ha deseado una «pronta recuperación» a los heridos. «Sigo con preocupación y dolor el desarrollo de estos acontecimientos, que nos recuerdan el valor y el sacrificio cotidiano de quienes sirven a Italia y a sus ciudadanos».
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Sobre este hecho, el ministro de Defensa italiano, Guido Crosetto, resaltó que se trata de «un día de dolor, tristeza y luto» y ha honrado la memoria de los muertos, «que han sacrificado su propia vida cumpliendo hasta el final su deber al servicio de Italia».
Por su parte, el fiscal de Verona, Raffaele Tito, en declaraciones a la prensa señaló que el lugar es «una escena apocalíptica» tras la explosión. Asimismo, resaltó que uno de los tres residentes en la vivienda, ya había amenazado con anterioridad prenderse fuego durante un intento de desalojo en 2004. Ahora están detenidos en vía de investigación.









