Es como un recordatorio. Hay un elemento común entre los sismos que han sacudido a Guatemala, El Salvador y Rusia. Todos forman parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico. Esta es una extensa franja que concentra el 75% de los volcanes activos del mundo y que genera el 90% de los movimientos sísmicos del planeta.
Este anillo, que rodea el océano Pacífico, se extiende a lo largo de unos 40,000 kilómetros e incluye zonas de alta actividad telúrica de 25 países en tres continentes: América, Asia y Oceanía.
Si tiembla en Guatemala, también en El Salvador
El martes 29 de julio, dos potentes sismos causaron daños en Jutiapa, Guatemala, así como en San Lorenzo, Ahuachapán, al occidente de El Salvador. El movimiento más fuerte se registró a las 3:21 PM, con magnitud 5.8 y profundidad de 5 kilómetros. Luego, a las 3:25 PM, ocurrió otro de magnitud 5.7, pero con profundidad de cero kilómetros, es decir, prácticamente en la superficie.
Las autoridades de Guatemala atribuyeron los sismos a la activación de la falla de Jalpatagua. Mientras que, en El Salvador, consideran que los temblores en la zona de San Lorenzo se deben a la activación de fallas locales.
Como sea, lo común de estos sismos es que se deben al proceso de subducción entre placas tectónicas. Guatemala se encuentra en un área donde confluyen tres placas, la de Cocos, la del Caribe y la de Norteamérica. Además, entre las placas de Cocos y del Caribe hay una zona de subducción. Es decir, el área donde chocan y una se introduce bajo la otra, lo que genera terremotos con cierta frecuencia.
Rusia, con histórico megaterremoto
La península rusa de Kamchatka y las islas Kuriles están en el extremo oriental del cinturón de fuego del Pacífico y es una de las regiones más sísmicas del planeta. Allí, la placa del Pacífico se subduce en la placa Euroasiática, lo que genera constantes fricciones que desencadenan sismos de gran magnitud.
Para el caso, el 30 de julio de 2025, ocurrió un megaterremoto de magnitud 8.8 en Kamchatka. En la historia, este es el octavo terremoto más potente de todos los que se tienen registro. Fue muy superficial, solo 19 kilómetros de profundidad, lo que provocó intensas sacudidas y olas de tsunami de hasta 3–5 metros en la región, así como advertencias a lo largo del Pacífico, desde Japón y Hawaii hasta la costa oeste de Estados Unidos.
Sismos de Rusia, Guatemala y El Salvador
Aunque geográficamente distantes, estos tres países están unidos por el mismo proceso geológico: el choque y desplazamiento de placas tectónicas. La energía acumulada por años o incluso siglos en las fallas y zonas de subducción se libera repentinamente, provocando los terremotos que tanto impacto generan en sus poblaciones.
Este patrón de sismos es común en el Cinturón de Fuego, donde confluyen al menos ocho grandes placas tectónicas que componen el planeta Tierra.
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La vulnerabilidad de Guatemala y El Salvador es aún mayor debido a que su territorio es atravesado por varias fallas locales. Para el caso, la falla de Jalpatagua, inicia en la zona fronteriza entre El Salvador y Guatemala, se adentra 150 kilómetros en territorio guatemalteco hasta la caldera o lago de Amatitlán.
Las fallas en Centroamérica pueden generar sismos superficiales, con epicentros cercanos a centros urbanos, incrementando el riesgo de daños materiales y pérdidas humanas. En Rusia, en cambio, muchos de los epicentros se localizan en zonas remotas de baja densidad poblacional, aunque su magnitud puede ser considerable.
Volcanes muy activos en el cinturón de fuego
Después del megaterremoto en la región rusa, el volcán Klyuchevskoy, uno de los más activos del mundo, entró en erupción. Lanzó lava por su ladera y agregó riesgos volcánicos a la emergencia tras el potente sismo.
Esto recuerda de lo explosivos que pueden ser los volcanes del cinturón de Fuego del Pacífico Los hay en Estados Unidos, México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, entre otros. Todos Presentan gran variedad de erupciones. Son potencialmente peligrosos por flujos piroclásticos, lahares y cenizas que pueden afectar a ciudades y a millones de personas.
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