Aunque cada año millones de personas en el mundo adelantan o atrasan sus relojes, el cambio de horario no es una práctica universal. En países como Estados Unidos, México y gran parte de Europa, esta medida se aplica durante el verano e invierno con el objetivo de aprovechar la luz solar y ahorrar energía.
Más de 70 países en el mundo realizan esta modificación dos veces al año. Europa hizo el cambio el pasado 26 de octubre, mientras que naciones como México, Estados Unidos y Canadá lo harán el próximo 2 de noviembre. Según el economista Otto Rodríguez, estos países se benefician al mover la hora, principalmente para optimizar el uso de la energía solar, que es la fuente más barata y accesible que tienen.
El experto asegura que esa práctica también tiene un impacto financiero, ya que facilita la sincronización de horarios laborales y comerciales entre diferentes regiones del mundo. “También está relacionada con las diferencias horarias entre economías. En algunos casos, adelantar una o dos horas facilita la conexión comercial, especialmente para el funcionamiento de las bolsas de valores”, indicó.
¿Sabías que El Salvador aplicó en el pasado el uso de cambio de horario?
Aunque en la actualidad El Salvador no aplica esta medida, el país vivió un experimento de cambio de horario entre el 3 de mayo y el 30 de septiembre de 1987. El historiador Carlos Cañas Dinarte recuerda que en ese entonces el país atravesaba una crisis energética derivada del terremoto del 10 de octubre de 1986, del alto precio del petróleo y de las limitaciones en la generación hidroeléctrica debido al conflicto armado. “En ese contexto, las autoridades buscaron alternativas para reducir el consumo energético, y una de ellas fue adelantar la hora”, explicó.
Sin embargo, tras cinco meses de prueba, los resultados no fueron significativos. Las autoridades determinaron que el ahorro en energía fue mínimo, inferior a los 600 mil dólares, por lo que la medida fue descartada.
“El impacto fue muy pequeño. Se discutió, se vieron las experiencias de otros países y se concluyó que las ganancias eran demasiado limitadas en comparación con toda la logística y los ajustes que implicaba cambiar los horarios”, detalló Rodríguez.
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Años después, en mayo de 2006 el tema volvió a discutirse cuando algunos países de la región, como Honduras y Guatemala, decidieron aplicar el cambio de horario. No obstante, en El Salvador la iniciativa no prosperó. “Fue en 2006 cuando se retomó el tema públicamente, pero la propuesta no cuajó y el país finalmente no adoptó esa práctica trinacional”, explicó Cañas Dinarte.
Desde entonces, El Salvador mantiene un horario fijo durante todo el año, una decisión que responde tanto a su ubicación geográfica, cercana al ecuador, donde la duración del día varía poco, como a las lecciones aprendidas del pasado.









