Se imagina poder liberar su estrés rompiendo objetos sin consecuencias, esa es la innovadora propuesta de los llamados “Rage Room” o “Cuartos de Ira”. Dichos espacios son originarios en Asia y, en la actualidad, son populares y están cobrando terreno en diferentes partes del mundo, incluido El Salvador.
Las primeras “Rage Room” nacieron en Japón, posteriormente en Estados Unidos y Europa, siendo una alternativa para que sus asistentes descarguen tensiones de manera segura.
La actividad se realiza con la ayuda de bates, martillos o mazos, con los cuales se destruyen desde antiguos electrodomésticos hasta platos y botellas de vidrio, todo siempre bajo medidas de protección para evitar cualquier incidente.
El tiempo para experimentar esta adrenalina es de 25 minutos y cada persona recibe el equipo de seguridad adecuado y una pequeña inducción antes de entrar al cuarto. “Dentro de las salas podés encontrar televisores, impresoras, CPU, inclusive máquinas para contar billetes”, dice Manuel Hernández encargado de Breakpoint.
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Rage Room: ¿cómo ayuda al bienestar emocional?
Eduardo Olivares experimentó esta forma de liberar estrés y explica que la actividad le exige gastar mucha energía. “Pues, me siento algo cansado y es algo fuera de lo común, pero es divertido. Ayuda a liberar un poquito de lo que traes dentro”, añade.
Aunque a simple vista esta práctica resulta satisfactoria, los especialistas aclaran que la actividad no sustituye un tratamiento psicológico. Pero sí puede convertirse en un complemento “para descargar emociones, la ira o estrés”, enfatiza el psicólogo Carlos Reyes.









