El video de una pareja abrazándose durante un concierto de Coldplay desencadenó uno de los escándalos corporativos más virales del año. Los protagonistas son Andy Byron, entonces CEO de la empresa tecnológica Astronomer y Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía. Aunque el momento parecía inocente, las consecuencias fueron inmediatas. Ambos eran casados y el video, grabado sin intención de perjudicar, terminó provocando sus renuncias y exponiendo detalles de sus vidas personales y familiares.
Andy Byron, de 50 años, era una figura respetada en el mundo de la tecnología y los datos. Está casado con Megan Byron y vivía en una residencia valorada en 1.4 millones de dólares en Massachusetts. Tras la difusión del video, Megan eliminó el apellido de casada de sus redes sociales y Byron se alejó de la atención pública trasladándose a otra propiedad de lujo en Kennebunk, valuada en 2.4 millones.
Kristin Cabot, por su parte, no solo era ejecutiva de Astronomer, sino también miembro de una de las familias más influyentes de la alta sociedad de Boston. Su esposo, Andrew Cabot, es descendiente directo de los “Boston Brahmin”, linaje aristocrático de origen colonial y heredero de una fortuna familiar estimada en más de 15 mil millones de dólares. Él lidera Privateer Rum, una empresa de bebidas alcohólicas con sede en Massachusetts.
La situación se volvió insostenible cuando el video, captado durante una presentación de Coldplay en el estadio Gillette, se viralizó y acumuló más de 120 millones de reproducciones. En la grabación, ambos ejecutivos aparecen abrazándose antes de ser enfocados por la famosa “kiss cam”.
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La persona detrás de la grabación fue Grace Springer, una joven de 28 años que asistió al concierto sin imaginar la repercusión de su video. Durante una entrevista en un programa británico, aseguró que no monetizó el contenido: “No he ganado dinero ni con el video ni con las visualizaciones. No está monetizado”, afirmó. También reconoció que no dimensionó el impacto personal y profesional que tendría para los involucrados. “Nunca imaginé que esto sucedería. Si lo hubiera sabido… tal vez lo habría pensado dos veces”, dijo.









