Kiribati, en el Pacífico Central, se convirtió en el primer país en dar la bienvenida al Año Nuevo, ya que se encuentra en el huso horario UTC+14, el más adelantado del planeta, lo que le otorga cada año el privilegio simbólico de inaugurar las celebraciones de la llegada de un nuevo año.
Ese país está formado por 33 atolones e islas coralinas dispersas en más de 3.5 millones de kilómetros cuadrados del Océano Pacífico.
Tras Kiribati, el Año Nuevo llegó a otros territorios del Pacífico Sur. Las islas Chatham y poco después, el resto de Nueva Zelanda recibió el 2026 con grandes celebraciones en ciudades como Auckland y Wellington. Miles de personas se congregaron en el centro de la ciudad para presenciar el espectáculo de fuegos artificiales desde la emblemática Sky Tower.
Más tarde fue el turno de Australia, donde se llevaron a cabo homenajes en memoria de las víctimas del ataque terrorista ocurrido en Bondi Beach en Sídney. Los presentes guardaron silencio para honrar a las 15 personas que perdieron la vida el pasado 14 de diciembre. “La alegría que usualmente sentimos al inicio de un nuevo año está atenuada por la tristeza del viejo”, declaró el primer ministro Anthony Albanese.
A medida que el reloj avance, el Año Nuevo llegará a Japón, Corea del Sur y otros países de Asia. Luego será el turno de Medio Oriente, África y Europa. Finalmente, el Año Nuevo cruzará el Océano Atlántico para ser recibido en América, comenzando por Sudamérica y avanzando hacia Norteamérica.
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Los últimos lugares en despedir el 2025 serán algunas islas remotas del Pacífico bajo jurisdicción estadounidense.
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