La alimentación en la infancia es clave para un crecimiento saludable, pero no todos los niños aceptan con facilidad una dieta variada. Algunos muestran una marcada preferencia o rechazo hacia ciertos alimentos, lo que se conoce como selectividad alimentaria. Esta conducta suele aparecer en los primeros años de vida y genera preocupación en muchas familias.
¿Por qué ocurre la selectividad alimentaria en los menores?
De acuerdo con la pediatra Michelle Fernández, en algunos casos este comportamiento puede originarse en experiencias negativas o traumáticas, como un atragantamiento con un alimento específico. También puede estar relacionado con factores del neurodesarrollo.
La especialista enfatiza la importancia de ofrecer, desde el inicio, la alimentación complementaria a partir de los seis meses de edad. Aquí se debe implementar una dieta variada y adecuada a las etapas del desarrollo.
El objetivo es que, al cumplir un año, el niño pueda integrarse a la comida familiar de manera progresiva y natural.
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La mirada desde la psicología
Al respecto la psicóloga Zinnia Umaña explica que observar de cerca las conductas de los niños es fundamental para detectar señales de alerta. Síntomas como cansancio excesivo, pérdida de peso o estancamiento en el crecimiento podrían estar vinculados a problemas de alimentación que requieren atención profesional.
Asimismo, recomienda evitar la manipulación o presión excesiva en la mesa. En su lugar, propone generar un ambiente positivo donde el niño se sienta motivado a probar nuevos sabores y texturas, convirtiendo la alimentación en una experiencia de aprendizaje.
¿Cuándo es necesario buscar ayuda?
Los especialistas coinciden en que los padres deben estar atentos a cambios significativos en la alimentación y crecimiento de sus hijos. Buscar la orientación de un pediatra o psicólogo puede prevenir complicaciones a futuro y facilitar estrategias adecuadas para cada caso.
Video/TCS.









