La broca del café continúa siendo una de las principales amenazas para los cafetales del país, afectando cada año la calidad y cantidad de las cosechas. Sin embargo, los productores de Colón, en La Libertad, han encontrado una alternativa económica y ecológica para proteger sus plantaciones y reducir los daños.
Se trata de un método elaborado con botellas plásticas reutilizadas, que se transforman en trampas colocadas sobre los árboles de café. Estas funcionan como una herramienta de control natural para mitigar el impacto de la plaga.
“Les ponemos trampas que tienen una base con alcohol y detergente. El olor es similar al del café cuando está madurando, y eso atrae a la broca. Cuando entra, muere”, explicó el caficultor José Barrera, uno de los productores que ha adoptado esta técnica.
Video/TCS.
La broca una enfermedad que afecta los cultivos de café
El ingeniero agrónomo Carlos Buendía señala que la broca es considerada la plaga más importante del cultivo de café, ya que puede causar pérdidas de entre el 30% y el 50% si no se realiza ningún tipo de control. Por eso, resalta la importancia de aplicar métodos sostenibles como este, que pueden adaptarse a diferentes zonas cafetaleras del país.
“El manejo integrado de la finca es esencial. Significa usar diferentes alternativas de control. Uno de los métodos más eficientes consiste en recolectar todos los granos de las plantas durante la cosecha para evitar la propagación del insecto”, detalló Buendía.
Además, el especialista explicó que estas trampas forman parte de un proceso más amplio de protección que debe comenzar al inicio de la temporada de lluvias. La mezcla utilizada combina dos alcoholes (etanol y metanol) en partes iguales, los cuales se colocan en un difusor hecho de materiales reciclados, como una jeringa sin aguja.
Estas prácticas ecológicas, aunque no son nuevas, han ido perdiendo popularidad con el paso de los años. Por ello, tanto los caficultores como los especialistas hacen un llamado a retomar y promover estos métodos sostenibles, especialmente en las comunidades donde el cultivo del café representa la principal fuente de ingresos.
El compromiso con el medio ambiente y la innovación de los productores están marcando una diferencia, demostrando que con recursos accesibles y conocimiento técnico es posible proteger los cultivos y mantener viva una de las tradiciones agrícolas más importantes del país.









