¡Una historia digna de una serie de acción! Así fue la arriesgada operación de un grupo de policías en Brasil, que se disfrazaron como los icónicos personajes de la famosa serie de televisión «Power Rangers». Pero, ¿por qué se vistieron así? Todo tiene una explicación: los agentes buscaban pasar desapercibidos entre las multitudes del Carnaval de Sao Paulo para infiltrarse y arrestar a presuntos ladrones carteristas. Un plan audaz y creativo para enfrentar el crimen en medio de la fiesta.
Fue el propio gobernador de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, quien compartió un video donde se observa a los siete agentes usando los peculiares disfraces: «¿La Policía Civil de Sao Paulo? ¡Otro nivel! ¡Vamos, Power Rangers!», escribió el funcionario.
Posteriormente se informó que esta creativa acción rindió frutos, pues los agentes lograron detener a un sospechoso que llevaba siete teléfonos celulares robados. En los días posteriores arrestaron a seis personas y recuperaron al menos 23 celulares robados desde que comenzó el Carnaval.
«¡Carnaval + seguro! Un refuerzo policial, tecnología, estrategia, inteligencia y mucha creatividad, con policías disfrazados y encubiertos, contribuyeron directamente a la caída del 36% de los robos de celulares en la capital durante el Carnaval y del 37% en promedio en todo el estado. ¡Seguimos!», dijo el gobernador.
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Mario, Luigi y Yoshi también ayudaron a detener ladrones
Pero los Power Rangers no fueron los únicos personajes de acción que aparecieron en el popular carnaval brasileño, también se hicieron presentes Mario, Luigi y Yoshi que unieron sus fuerzas para combatir el mal, arrestando a una persona que también robaba celulares.
«Después de los Power Rangers, ¡es el turno de Súper Mario! Nuestros héroes de la Policía Civil son infiltrados por los bloqueos callejeros y, esta vez, fue el turno de Mario, Luigi y Yoshi de detener a otro bandido más interesado solo en robar celulares y arruinar la fiesta de los que estaban allí», escribió Freitas junto al clip del arresto del sospechoso.
La misma estrategia se usó el año pasado, con agentes que se infiltraron entre los asistentes a las fiestas para identificar y detener a los delincuentes.
