El gobierno de Nicaragua juramentó el miércoles a 30,000 civiles encapuchados como «policías voluntarios», quienes son considerados por la oposición como paramilitares destinados a colaborar en tareas de represión política.
«Qué mejor día, si no este, para concluir las juramentaciones de nuestra policía voluntaria que surgió de las luchas populares a lo largo de nuestra historia, y que surgió recientemente enfrentándose con valentía al golpismo criminal, a los traidores a la patria», dijo Rosario Murillo, copresidenta de Nicaragua.
Desde hace algunas semanas, unos 50,000 hombres y mujeres de varias provincias se han integrado a este «cuerpo auxiliar y de apoyo» a las fuerzas de seguridad.
La «policía voluntaria» fue creada como parte de una amplia reforma a la Constitución, sellada el 30 de enero por un Congreso controlado por el gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda).
PRESIDENCIA DE NICARAGUA / CANAL 6 / AFP
Estos grupos se pueden sumar a la Policía Nacional y al Ejército según la nueva Constitución.
En el mismo acto, Ortega y Murillo tomaron juramento al jefe de la Policía, comisionado Francisco Díaz, para continuar por otros seis años en su cargo, que asumió en 2018 en medio de las protestas.
«Vimos la fortaleza de resistir y que el pueblo juzgara y que el pueblo luego reclamara que la policía nacional, que los combatientes históricos desmontan allá lo que era un verdadero genocidio que se estaba cometiendo contra la patria, contra la paz, contra la estabilidad. Y ahí fue donde salió la policía nacional, salieron los combatientes históricos y vino la derrota de los golpistas en el 2018.»
El gobierno de Ortega considera las protestas de 2018 como un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.









