La música se convierte en un puente hacia la creatividad desde la infancia. En el país, maestros especializados ofrecen talleres a niños desde los cuatro años, con el objetivo de despertar en ellos el amor por el arte y fortalecer sus habilidades cognitivas y emocionales.
Este esfuerzo forma parte de Musicando Jugando, un proyecto que nació hace tres años en el distrito de Ciudad Delgado, San Salvador Centro. Un grupo de maestros de música se unió con un propósito claro: compartir sus conocimientos con niños y jóvenes y al mismo tiempo llevar alegría a comunidades que lo necesitan.
Los participantes no solo aprenden notas y partituras, también descubren la importancia de la disciplina, el trabajo en equipo y la confianza en sí mismos.
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Voces que inspiran
Margarita Armas, madre de familia, relató que sus dos hijas encontraron en la música más que una pasión. “Siento mucho orgullo y satisfacción al verlas felices, eso me llena como madre”, expresó.
Para Mónica Portillo, maestra de música, enseñar va más allá de las técnicas. “Ver cómo los niños crecen con esto es especial, porque desarrollan habilidades que usarán toda la vida”, señaló.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Ana Quintanilla.
Manuel Portillo, también maestro, destacó la variedad de instrumentos que los estudiantes exploran. “Aquí pueden tocar marimbitas, xilófonos, violines, guitarras o la flauta dulce, instrumentos ideales para comenzar”, comentó.
El proyecto no se queda en las aulas. Los integrantes visitan comunidades y hogares de adultos mayores, donde cada melodía despierta sonrisas y recuerdos. “Llevamos la alegría de la música a personas que no pueden levantarse por edad o enfermedad. Nuestro enfoque es social y comunitario”, agregó Portillo.
En cada acorde, en cada voz, Musicando Jugando demuestra que la música no solo es arte. Es compañía, memoria y la certeza de que servir a los demás también puede sonar hermoso.









