El historiador salvadoreño Ricardo Castellón presentó su libro “El tráfico de efectos de la China de Nueva España al reino de Guatemala: 500 años de conexiones globales”. La obra revela la magnitud de los productos asiáticos que circularon por Centroamérica desde el siglo XVI.
En la entrevista Frente a Frente, Castellón explicó que el estudio se enmarca en un proyecto más amplio con la Universidad de las Artes de Berlín, centrado en la movilidad y la materialidad en la región. “Los bienes asiáticos estaban presentes aquí siglos antes del comercio digital que hoy conocemos”, afirmó.
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La investigación detalla cómo la ruta entre Acapulco y Filipinas, abierta en 1565, permitió la llegada de telas, porcelanas y objetos metálicos. Según Castellón, “este tráfico fue tan rentable que se mantuvo hasta la independencia en 1821”.
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Productos asiáticos y economía salvadoreña
El añil salvadoreño se convirtió en el principal producto de exportación del Reino de Guatemala en el siglo XVIII. Castellón destacó que “los efectos de la China resultaron vitales para las transacciones del añil”.
Los archivos consultados revelan que estos artículos no solo se consumían localmente, sino que también eran reexportados hacia el sur. Puertos como Acajutla jugaron un rol estratégico en este comercio. “Hemos hallado evidencia de exportación de porcelanas, flores de concha y hasta rosarios desde Acajutla”, señaló el investigador.
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Además, los documentos muestran un fenómeno cultural. Las telas chinas no solo vistieron a la población, sino también imágenes religiosas. Al mismo tiempo, productos asiáticos inspiraron la moda europea con estampados que luego regresaron desde el Atlántico.
Castellón subrayó la vigencia de este tema en el contexto geopolítico actual: “El estudio de hace siglos conecta con la presencia de China en la región en estos tiempos”.









