El Inter de Milán salió de Bérgamo con una victoria mínima pero determinante ante el Atalanta en la jornada 17 de la Serie A. El 0-1 no solo le permitió al conjunto interista escalar al primer lugar de la tabla, también confirmó su capacidad para castigar errores ajenos en un partido marcado por el fuera de juego, la intervención del VAR y la falta de contundencia local.
Desde el arranque, el duelo se jugó con intensidad y ritmo alto. Atalanta intentó presionar arriba y sostener el partido desde la posesión, pero su principal enemigo fue la ejecución. Las llegadas se repitieron, aunque casi siempre mal resueltas, ya fuera por decisiones apresuradas, remates desviados o desmarques mal sincronizados que terminaron en fuera de juego.
El primer golpe anímico llegó al minuto 35, cuando el Inter parecía abrir el marcador con un tanto de Marcus Thuram, el VAR intervino tras detectar posición adelantada anulando el gol.
Sobre minuto 65, Francesco Pio Esposito asistió a Lautaro Martínez, quien definió dentro del área para el 0-1. La jugada evidenció una desatención defensiva del Atalanta, que perdió marcas en el centro justo cuando mejor momento atravesaba.
A partir de ahí, el partido se volvió tenso, Atalanta buscó el empate con centros y remates lejanos, pero volvió a fallar en la ejecución. Samardzic desperdició una de las últimas opciones claras y, en el cierre, un intento de pase profundo terminó otra vez en fuera de juego, sellando una noche frustrante para el local.
El Inter resistió, defendió con orden y administró el resultado hasta el final. Con ello, los «nerazzurri» cerraron la jornada 17 como líderes de la Serie A con 36 unidades, uno más que el AC Milan.
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