En los países del hemisferio norte, el otoño pinta los paisajes de tonos dorados y cubre el suelo de hojas. En El Salvador, sin embargo, esta estación se vive distinto: el aire se vuelve más fresco, las lluvias marcan el ritmo y el sol se despide cada vez más temprano.
A pesar de que el país no experimenta las cuatro estaciones de forma marcada como en otros países, el otoño sí tiene efectos indirectos en el clima y el entorno.
El Salvador, situado en el hemisferio norte y cerca del ecuador, goza de un clima tropical con temperaturas relativamente estables durante todo el año. En términos generales, el país atraviesa solo dos estaciones: la seca, de diciembre a abril, y la lluviosa, de mayo a noviembre.
¿Qué hay detrás de estos cambios que anuncian el fin del año y cómo los explica la ciencia?
El otoño marca un cambio importante en el calendario astronómico, aunque en El Salvador no se perciba como en otros países. Sobre este fenómeno, Magali Arriola, docente de la Universidad Don Bosco (UDB), explica:
«El equinoccio de otoño es un fenómeno astronómico que se caracteriza porque el sol está exactamente sobre el ecuador terrestre, generando que tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur de la Tierra se iluminen de manera igual».
Pese a que El Salvador se encuentra en el hemisferio norte, su cercanía al ecuador le da un clima tropical con temperaturas estables casi todo el año. En la práctica, el país solo distingue dos estaciones: la seca, de diciembre a abril, y la lluviosa, de mayo a noviembre, pero durante el otoño astronómico se notan sutiles cambios en el ambiente y la luz del día.
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¿Cómo se percibe el otoño en El Salvador?
«No vemos que van a caer las hojas, como usualmente nos ponen en las imágenes, para latitudes más hacia el norte, ya a 40 grados, estamos a 13 grados. Así que el equinoccio lo vivimos como un instante en el que tenemos igual duración del día y la noche y, a partir de ese momento, nosotros vamos a ir experimentando una temperatura diferente, dado a que nos estamos acercando a tener cada vez noches más largas, menos radiación solar incidiendo para nosotros y eso lo que hace es que tengamos los meses de octubre y noviembre, caracterizados por un clima más fresco», asegura Brisa Terezón, directora del Observatorio Micro Macro de la UDB.
Durante esta época, los especialistas indican que las madrugadas y las noches se vuelven más frescas, y las lluvias aparecen con mayor frecuencia. Algunos árboles, como el almendro de la India, transforman el color de sus hojas, que pasan del verde intenso a tonos rojizos, amarillos o marrón cobrizo. Este cambio funciona como el equivalente tropical del follaje otoñal, mientras que las hojas caídas sobre el suelo recuerdan que, aunque de manera distinta, las estaciones también cambian en el país.
«Vamos a ver que el atardecer va a empezar a verse un poquito más temprano, alrededor de las 5:30 a 6:00, ya no 6:00 o 6:30 que hemos estado observando estos últimos días, frescos sobre todo en horas de la noche y principalmente pues si tenemos la presencia de lluvias, incluso pues en horas del día se podría estar percibiendo ese ambiente fresco», agrega Sidia Marinero, especialista en clima del Ministerio de Medio Ambiente.
El otoño llega a El Salvador de manera discreta: los atardeceres adoptan tonos cálidos, el clima resulta agradable y la vegetación exhibe sutiles cambios, como un recordatorio de las maravillas de la naturaleza.
