En el distrito de Turín, Ahuachapán Norte, la creatividad y el esfuerzo han dado vida a una idea original: animales elaborados con hilo y lazo. Estas figuras, como tucanes, tortugas o conejos, reflejan las técnicas que Lázaro Figueroa aprendió en su juventud y que, desde 2020, se convirtieron en su fuente de ingresos.
“Solo hacía jarrones, comales y mariposas… pero hace como dos años dije: vamos a hacer pájaros, y así es como hoy ya hago eso, ya cualquier pájaro yo lo hago”.
Crear estas figuras requiere paciencia y precisión. Para elaborar un torogoz, Figueroa aplica pegamento al lazo, lo coloca sobre un molde y forma cuidadosamente las patas y la cabeza. Tras realizar estos pasos llega el momento más esperado pintar su creación.
Video/TCS.
Promueven a más generaciones la creación de figuras de hilo y lazo
Este conocimiento se ha transmitido a su familia y comunidad, quienes ven en este arte una forma de preservar la historia local. Su hijo José Manuel Figueroa expresa con orgullo el trabajo que desarrollan: “Es un orgullo realmente… son artesanías muy poco vistas aquí en El Salvador. Hacer un animal de estos requiere bastante paciencia”.
Por su parte, Laura López, otra aprendiz, comparte que su entusiasmo la llevó a ver cada paso y ahora es el trabajo que desempeña. “Me llevé tres años en aprender; ahora puedo hacer prácticamente todo”.
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En cada trazo y cada hilo se refleja la pasión por el arte y la creatividad. Las obras de Lázaro Figueroa no solo decoran espacios, sino que también impulsan la economía familiar y local, convirtiendo la tradición artesanal en una expresión viva de identidad y esfuerzo.









