Emma Watson hace una revelación que dejó a más de uno sorprendido. Después de siete años sin protagonizar películas, la actriz británica contó lo que realmente la llevó a alejarse de la pantalla grande: la presión de la industria y la exigencia de “vender” cada proyecto que filmaba.

Foto: Cortesía
Watson, recordada mundialmente por su papel como Hermione Granger en Harry Potter, confesó que lo más pesado de su carrera no eran las jornadas de rodaje ni la preparación de un papel, sino el proceso posterior. “Seré honesta y directa: no extraño vender cosas. Me pareció bastante desmoralizante, destructivo para el alma, aunque sí extraño mucho usar mis habilidades interpretativas”, afirmó con contundencia.

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Su último trabajo en cine fue en 2018, cuando participó en “Mujercitas» de Greta Gerwig. Desde entonces, se mantuvo lejos de los sets, enfocada en su vida personal y estudios de posgrado. “Quizás me encuentro más feliz y saludable que nunca”, aseguró para dejar claro que la pausa le permitió recuperar equilibrio y bienestar.

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A pesar de su distanciamiento, Watson no ocultó que extraña la esencia de la actuación. Relató que cuando logra conectar frente a una cámara, la experiencia es tan intensa que se asemeja a una meditación. “Lo extraño profundamente, pero no extraño la presión”, dijo.
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Hoy, con 35 años, la actriz asegura haber reconstruido su vida sobre bases más sólidas, priorizando a su familia, amigos y un hogar estable. Aunque su regreso a Hollywood sigue siendo una incógnita, lo que dejó claro es que su pausa no fue un capricho, sino una decisión para cuidar de su salud.




