Antes de emprender un viaje largo por carretera, no basta con definir ruta y destino. La condición del vehículo es clave para reducir riesgos, evitar paradas forzadas y cuidar a quienes van a bordo. Una revisión preventiva, hecha con tiempo, puede ahorrar contratiempos y gastos innecesarios.
El mecánico Edgar Núñez subraya que hay controles básicos que todo conductor debería asumir como rutina. “Antes de subirse al vehículo es importante revisar el nivel de aceite, el agua o refrigerante y chequear el estado de las llantas, incluyendo la llanta de repuesto”, afirmó.
Video/TCS
Estas son las cinco revisiones básicas antes de viajar:
- Verificar el nivel de agua y refrigerante del radiador.
- Revisar el líquido de frenos.
- Comprobar el nivel de aceite del motor.
- Inspeccionar los bornes de conexión de la batería.
- Evaluar el estado y la presión de las llantas.
También recomienda no ignorar las alertas del tablero. “En los carros modernos, si el ‘check engine’ está encendido es señal de que existe algún problema y el vehículo no está apto para salir a carretera”, explicó.
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Por su parte, Alejandro Nerio, instructor de manejo, recuerda que estas revisiones forman parte de la educación vial. “En las clases prácticas se enseña a revisar diariamente los niveles de agua, refrigerante y aceite para evitar el sobrecalentamiento del motor. También es fundamental verificar la presión de aire de las llantas y respetar las señales de tránsito durante el recorrido”, señaló.
Una revisión a tiempo puede cambiar el rumbo del viaje. Dedicar unos minutos antes de salir ayuda a prolongar la vida útil del vehículo y a garantizar un trayecto más seguro para todos.









