Desde que Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos, las deportaciones masivas de migrantes en situación irregular se intensificaron, generando un panorama desolador para quienes, de manera repentina, deben abandonar el país en el que construyeron su vida.
Más allá del impacto emocional, muchos de estos migrantes se enfrentan a la pérdida o abandono de sus bienes materiales: casas, vehículos, herramientas de trabajo y otros artículos que lograron adquirir tras años de esfuerzo.
David Antonio Henríquez, un salvadoreño que residió por dos décadas en Estados Unidos, fue uno de los afectados. Durante ese tiempo logró establecerse, adquirir pertenencias y apoyar económicamente a su familia. Sin embargo, su estatus migratorio lo dejó vulnerable ante una deportación inmediata.
“Dejé algunas pertenencias que, al momento de la captura, ya no pude tramitar”, relata David, quien tuvo que regresar a El Salvador sin posibilidad de recuperar parte de lo que con tanto sacrificio logró reunir.
Video/TCS/Reportaje elaborado por: Mónica Linares.
¿Qué se puede hacer con los bienes?
Expertos en temas migratorios señalan que muchas personas con estatus irregular no están preparadas para enfrentar un proceso de deportación. El asesor Óscar Díaz explica que una opción viable es otorgar un poder legal a una persona de confianza antes de que ocurra una deportación.
“Este documento permite a alguien manejar las pertenencias del migrante: desde cuentas bancarias hasta propiedades o vehículos”, detalla Díaz.
Además, cuando hay menores involucrados con estatus migratorio legal en Estados Unidos, es crucial contar con documentación que respalde su identidad y derechos. Entre los documentos recomendados están la partida de nacimiento, récord escolar y el esquema de vacunación.
Una realidad que muchos ignoran
La deportación no solo implica dejar un país, sino también enfrentar la incertidumbre sobre el destino de todo lo construido. La falta de preparación legal puede dejar a muchas personas sin posibilidad de recuperar sus bienes o asegurar el bienestar de sus hijos.
Este panorama refuerza la necesidad de que los migrantes, aún sin un estatus legal, se informen y tomen precauciones para proteger lo que han logrado.
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