El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, fue absuelto por el Tribunal Superior de Bogotá por los delitos de fraude procesal, el segundo cargo por el que había sido condenado anteriormente.
Con esta resolución, el Tribunal confirmó la inocencia de Uribe en todos los delitos que pesaban en su contra, en medio de un proceso que ha captado la atención de los medios internacionales por la naturaleza de las pruebas utilizadas.
El líder de la derecha colombiana, de 73 años, se había convertido, en agosto, en el primer expresidente de ese país en ser condenado con la pena máxima posible por los delitos de soborno y fraude procesal: 12 años de prisión domiciliaria.
Sin embargo, Uribe solo pasó 20 días en su domicilio, ya que el Tribunal ordenó su liberación mientras se resolvía su apelación, interpuesta por su defensa.
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Según el fallo de primera instancia, Uribe presionó a paramilitares encarcelados para que lo desvincularan de su organización, responsable de masacres, desapariciones y otras atrocidades en medio del conflicto armado.
Ahora, el Tribunal afirmó que no encontró pruebas suficientes para incriminar a Uribe. Determinaron que las escuchas que se utilizaron como pruebas fueron ilegales y que hubo fallas en la metodología de la jueza que resolvió el caso en primera instancia.
Reacción política inmediata
Desde el partido de Uribe, Centro Democrático, las reacciones no se hicieron esperar. Una de estas fue la de María Fernanda Cabal, senadora de ese país, quien expresó: “Esta decisión confirma lo que millones de colombianos siempre supimos, que el expresidente Uribe ha sido víctima de una estrategia política para silenciar su liderazgo”.
Otro que se expresó en torno al tema fue el precandidato del Centro Democrático, Miguel Uribe, quien mencionó que Álvaro Uribe “es un colombiano ejemplar que ha dedicado su vida a esta gran nación”.
