En la agricultura actual, las herramientas tecnológicas juegan un papel clave en la sostenibilidad y productividad de los cultivos. Entre las más utilizadas destacan las mallas y plásticos agrícolas que se integran al proceso de producción para proteger los cultivos, reducir el uso de agroquímicos y conservar la humedad del suelo.
La especialista agroecológica del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), Enma García detalla que estas estructuras en la agricultura actúan como barreras físicas que evitan el crecimiento de maleza y ayudan a mantener condiciones óptimas de humedad.
Además de su función protectora, estas herramientas se complementan con prácticas como el uso de compostajes orgánicos, fundamentales para nutrir y regenerar el suelo. “Proponemos nosotros que el suelo también esté bien nutrido de la manera en que devolverle la nutrición al suelo es con uso de abonos orgánicos, principalmente devolverle todos esos minerales que se le extrajeron con las cosechas”, señaló García.
Video/ TCS/ Reportaje elaborado por Leslie Solito.
Empleo de casa malla en la agricultura
Las casas mallas permiten a los agricultores extender el ciclo productivo de sus cultivos y adaptarse mejor a las condiciones del entorno. Esteban Morales es un agricultor que emplea esta tecnología. “Imaginémonos una planta de chile dulce a campo abierto, nos va a durar apenas unos meses… Pero si la sembramos en casa malla, podemos tener hasta seis meses, ocho meses dependiendo del manejo”.
Uno de los desafíos en el uso de casas malla es el mantenimiento periódico, especialmente en zonas con climas extremos. Las tormentas o vientos fuertes pueden dañar las estructuras. “El mantenimiento de las casas malla se dan más por el clima… de repente se vienen norte o tormentas con huracán, entonces ahí entramos en mantenimiento”.
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Recomendaciones para implementar casas malla
Para adoptar esta tecnología en el campo se recomienda:
- Evaluar el clima y condiciones del terreno.
- Utilizar abonos orgánicos para mantener el suelo nutrido.
- Priorizar el mantenimiento periódico de las estructuras.
- Diversificar cultivos para maximizar el uso del espacio.
Implementar estas herramientas de forma adecuada no solo mejora el rendimiento, sino que también promueve una agricultura más sostenible y rentable a largo plazo.
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