El 12 de diciembre es una fecha especial para la feligresía católica, ya que se celebra el Día de la Virgen de Guadalupe, patrona de las Américas. Ese día, cientos de devotos llegan desde muy temprano a la Basílica Nuestras Señora de Guadalupe, ubicada en el distrito de Antiguo Cuscatlán, en La Libertad Este.
Desde el 11 de diciembre, en la víspera de la celebración, los feligreses llegan al templo para cantarle las tradicionales mañanitas a la «Morenita del Tepeyac». La serenata de los mariachis inicia justo cuando el reloj marca la medianoche.
«Celebramos que tenemos una madre que nos protege, nos defiende y nos consuela, a eso venimos todos buscando su protección, su ayuda, los milagros de la Virgen, en un mundo donde hay mucha soledad, orfandad, la certeza la seguridad de que tenemos una madre y que podemos acudir a ella. Como le dice ella a San Juan Diego: «No estoy yo aquí que soy tu madre», expresó el sacerdote José Escobar, párroco de la Basílica de Guadalupe.
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En El Salvador, muchos devotos llegan para venerar la imagen de la Virgen y expresar su fe y agradecimiento por los milagros o intercesiones atribuidos a la patrona de México.
«A lo largo de mi vida, la Virgen se ha manifestado grandemente en mi vida, la vida de mi familia, el regalo de mi hija fue un milagro de nuestra Madre Santísima, porque era imposible, me decían los médicos, que yo quedara embarazada y para los médicos fue un milagro del Señor, pero fue por una manifestación de la Virgen en una casita en Sonsonate, en una casita bien humilde», dijo Frida de Serpas, quien es devota de la Guadalupana.
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Las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego
Las apariciones de la Virgen de Guadalupe, según la iglesia católica, ocurrieron entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 en el cerro del Tepeyac, en la actual Ciudad de México. La Virgen se manifestó cuatro veces a Juan Diego, un indígena nahua, y le pidió que se construyera un templo en ese lugar.
Como prueba para el obispo fray Juan de Zumárraga, la Virgen le indicó que recogiera rosas el 12 de diciembre. Al extender su tilma ante el obispo, las flores cayeron al suelo y en la tela apareció la imagen de la Virgen. Esa imagen se resguarda hoy en la Basílica de Guadalupe.
Estas apariciones dieron origen a una de las devociones más importantes de América Latina.
