En ferias ganaderas, hay espectáculos donde el centro de atención es la dupla entre jinete y caballo, quienes deslumbran con impresionantes pasos de baile. Cada movimiento requiere disciplina y entrenamiento, ya que los caballos deben estar cuidadosamente preparados para cada presentación.
«Realmente todo el tiempo, el adiestrador de caballos tiene que estar en contacto con ellos, porque sino al caballo se le puede olvidar», comentó Valerio Marroquín, jinete de caballos.
Aunque no se trata solo de subirse, quien monta un semental debe estar en excelente forma física para poder controlarlo.
«Generalmente un caballo se desteta a los seis meses, quiere decir que se quita de la madre y, de ahí en adelante, podemos empezar a enseñarle algunos aspectos a que se desarrolle, educarlo, por ejemplo: a rotar el caballo», agregó Marroquín.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Alex Rivas.
Karina Henríquez es una de las jóvenes aprendices que ha encontrado en la equitación una pasión que la acompaña desde la infancia.
«Estoy aprendiendo desde los seis años, en todo ese trayecto he ido aprendiendo a conocer el sentido de ánimo de los caballos», dijo Henríquez.
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Caballos y jinetes en sincronía: la clave de la equitación
Marroquín destacó la inteligencia de los caballos y cómo perciben inmediatamente el ánimo de quien los monta.
«Son tan inteligentes, la psicología del caballo dice que ellos saben en el momento que uno llega, la clase de temperamento que uno lleva», explicó Marroquín.
Por eso, al montar un caballo es fundamental mantener la serenidad, no mostrar miedo y conservar una armonía constante en cada paso del galope.
Lo primero es ganarse la confianza del equino, y a través del entrenamiento diario, estos caballos desarrollan la disciplina y concentración necesarias para ejecutar cada coreografía a la perfección.
«El caballo español es el más entendido, el que entiende más fácil y, por ende, por eso se ha buscado esa raza porque se le facilita al adiestrador enseñarle la alta escuela española», dijo el experto.
Sobre todo, nunca hay que olvidar que cada caballo necesita percibir buena energía antes de ser montado.
En la equitación no hay atajos ni fórmulas mágicas: solo dedicación, calma y pasión. Quien consigue armonizar con su caballo no lo domina, sino que establece un vínculo genuino con él.









