La seguridad alimentaria en la Franja de Gaza ha mejorado desde que se declaró un alto el fuego entre Israel y el movimiento Hamás en octubre de 2025. Pero casi toda la población continúa en una situación de emergencia humanitaria, con tasas muy elevadas de desnutrición aguda, según el último informe de la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC), respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
A pesar del alivio, el IPC advierte que la situación sigue siendo extremadamente “grave y frágil”. La mayoría de la población en Gaza enfrentan inseguridad alimentaria aguda, con más de 100,000 personas en condiciones catastróficas, solo un nivel por debajo de hambruna.
Además, alrededor de medio millón de personas están en fase de emergencia alimentaria, lo que implica altos niveles de desnutrición y riesgo de mortalidad si no se mantiene y expande el acceso a los alimentos.
“En el peor de los casos, que incluiría la reanudación de las hostilidades y la interrupción del flujo humanitario y comercial, toda la Franja de Gaza estaría en riesgo de hambruna hasta mediados de abril de 2026. Esto pone de relieve la grave y continua crisis humanitaria”, advirtió el IPC en el informe.
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Organizaciones humanitarias destacan que, aunque aumentó la entrada de alimentos, la ayuda sigue “insuficiente y desigual” y muchos gazatíes dependen de asistencia internacional para sobrevivir. El acceso a servicios básicos como agua potable, sanidad, vivienda y atención médica también sigue limitado, exacerbando la crisis alimentaria y nutricional.
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