El humo del tabaco impregna cada rincón del Centro Espiritista La Fe, en el distrito de Cuyultitán, La Paz Oeste. El templo honra a San Simón, representado como un hombre de porte distinguido, vestido con traje oscuro y sombrero, con una botella de licor a su lado y un cigarro en los labios. Hace varias décadas, una familia del lugar construyó este santuario.
Los devotos le entregan tabaco, licor, dinero y veladoras como muestra de respeto y agradecimiento por los favores que les concede.
«El hermano Simón es un espíritu dador de prosperidad, de protección y de salud. Muchas personas aquí le colocan velas para pedirle algún tipo de abertura de camino, algún tipo de eliminación de enemigos ocultos o incluso para alguna enfermedad o daño que la gente sabe que no se le puede quitar», comentó uno de los seguidores.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Raquel Castaneda.
En el culto a San Simón, los seguidores combinan tradiciones mayas con elementos del catolicismo español, viendo al santo como un puente entre el mundo espiritual y el terrenal. Los creyentes realizan rituales esotéricos, como limpias o la «prueba del puro», donde el humo del tabaco revela señales sobre el futuro de cada persona.
Cientos de personas llegan a este lugar para venerarlo y cumplir las promesas que le hicieron, muchas veces con ofrendas de dinero. Los devotos saben que no se trata de un santo y, por respeto, lo llaman el hermano Simón.
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San Simón: veneración popular fuera de la doctrina católica
La Iglesia advierte que el culto a San Simón no forma parte del catolicismo y no respalda su veneración, porque sus prácticas se alejan de la enseñanza cristiana y considera que los milagros provienen únicamente de Jesucristo.
«Me interesa que nos centremos en Jesús, Él es el maestro y si yo desvío mi devoción a X santo que es apócrifo, pues no estaría bien. Primero es Jesús, es el maestro y hay un dicho popular que dice «Si Dios no quiere, santo no puede» y es cierto, con esto quiero decir que a quien tenemos que buscar en primer lugar, porque es el único mediador, como dice el apóstol San Pablo, no tenemos otro, el mediador es Jesús», argumentó el sacerdote Cristóbal Cruz Pérez.
El culto a San Simón tiene mayor fuerza en Guatemala y El Salvador, y se extiende a partes de Honduras y el sur de México. Más allá de la fe, su figura simboliza protección y conexión espiritual para quienes lo siguen.









