El USS Gravely, un destructor de la Armada de Estados Unidos, arribó este domingo a Trinidad y Tobago para realizar ejercicios conjuntos con las fuerzas locales, en un contexto de creciente tensión entre Washington y el gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
El gobierno trinitense anunció el jueves la llegada del buque de guerra, que permanecerá atracado en Puerto España hasta el próximo jueves. Durante su estancia, un contingente de marines estadounidenses realizará entrenamientos conjuntos con las fuerzas de defensa locales.
Las maniobras forman parte de la campaña militar impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump contra las organizaciones de narcotráfico en América Latina. Según Washington, la estrategia también busca presionar al mandatario venezolano Nicolás Maduro, a quien la Casa Blanca ha acusado en reiteradas ocasiones de proteger a redes criminales.
En los últimos meses, las fuerzas estadounidenses han destruido al menos diez embarcaciones que, según afirmaron, transportaban narcóticos, dejando un saldo de al menos 43 personas fallecidas.
Aumento de tensiones en la región
El enfrentamiento diplomático y militar se intensificó el viernes, cuando el Pentágono ordenó el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, en aguas cercanas a la región. Trump también autorizó operaciones de la CIA contra Venezuela.
El presidente Maduro calificó las acciones como “una guerra inventada” para derrocar su gobierno, mientras que el presidente colombiano Gustavo Petro, crítico de los ataques estadounidenses, fue sancionado por Washington por presuntamente permitir el narcotráfico.
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Estados Unidos ha calificado tanto a Maduro como a Petro de “narcoterroristas”, aunque no ha presentado pruebas públicas. En agosto, Washington desplegó una flota de ocho buques de guerra, diez aviones F-35 y un submarino nuclear en operaciones antidrogas, en la mayor concentración militar en el Caribe desde la invasión de Panamá en 1989.
En Trinidad y Tobago, algunos ciudadanos respaldaron la cooperación con Estados Unidos, mientras otros expresaron temor de que el país se vea involucrado en un conflicto entre Washington y Caracas. Dos trinitarios murieron a mediados de octubre tras un ataque a una embarcación que zarpó de Venezuela; familiares aseguraron que eran pescadores y no narcotraficantes, aunque las autoridades aún no han confirmado las muertes.
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