Aunque parezca sorprendente, los soplos cardíacos en adultos son más comunes de lo que se cree. Muchas personas los padecen sin presentar síntomas evidentes, lo que los convierte en una condición silenciosa con potencial de complicaciones severas si no se detecta a tiempo.
Un sonido que el corazón no debería emitir
Los soplos cardíacos son ruidos anormales que se escuchan durante los latidos del corazón. Estos se producen cuando la sangre fluye de manera turbulenta a través de las válvulas o cavidades cardíacas. Aunque son frecuentes en los niños (debido al desarrollo natural de su sistema cardiovascular), su presencia en adultos puede indicar problemas cardíacos, como alteraciones valvulares o enfermedades infecciosas.
El médico de Cruz Roja Salvadoreña, Ared Martínez, explica que este fenómeno no debe ignorarse: “Un soplo cardíaco suele diagnosticarse en edades tempranas, pero cuando persiste en la adultez, puede deberse a enfermedades adquiridas. En esos casos aparecen síntomas como dificultad respiratoria o sonidos anormales al auscultar el corazón”.
Te podría interesar: Estas son las señales que ayudan a detectar problemas del habla en la niñez
Tipos, riesgos y prevención de los soplos cardíacos
Por su parte, el cardiólogo David Noel Castillo señala que los soplos pueden clasificarse en dos grandes tipos: congénitos y adquiridos. “Existen soplos presentes desde el nacimiento y otros que se desarrollan por enfermedades cardíacas o infecciosas, como la endocarditis o afecciones reumáticas”, detalla el especialista.
Aunque algunos casos no representan peligro inmediato, los soplos que derivan de un daño valvular pueden afectar seriamente la función cardíaca. “Si no se tratan a tiempo, pueden provocar insuficiencia cardíaca, edemas, palpitaciones y dificultad para respirar”, advierte Castillo.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Damaris Gómez.
Los expertos insisten en que la detección temprana es clave. Recomiendan realizar chequeos médicos periódicos, especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedades del corazón, hipertensión o colesterol elevado. Además, subrayan que la automedicación puede ocultar síntomas importantes y retrasar el diagnóstico.
Adoptar hábitos saludables, como mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio regular, controlar el estrés y evitar el tabaco, contribuye significativamente a la salud cardiovascular.
Cuidar el corazón requiere atención constante. Escuchar las señales del cuerpo, realizar revisiones médicas y actuar a tiempo pueden marcar la diferencia entre una vida saludable y una condición de riesgo.









