Tras ser deportados, muchos salvadoreños regresan al país con el peso del desarraigo y la pérdida de bienes construidos con esfuerzo durante años: casas, vehículos, cuentas bancarias y negocios que quedan atrás en Estados Unidos.
Cuando el retorno no es elección
Uno de esos casos es el de William López, quien trabajó durante años en Estados Unidos y, tras ser deportado, tuvo que empezar desde cero. Ahora da clases de inglés para sobrevivir.
“Casas, automóviles, los carros de trabajo… Había mucho dinero invertido en el taller. Solo la licencia valía cerca de un millón de dólares”, relató López.
Su historia se repite en decenas de hogares salvadoreños. Muchos pierden todo por desconocer los procesos legales que podrían permitirles recuperar parte de su patrimonio.
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Apoyo y asesoría legal
Al respecto, el director de la Asociación Agenda Migrante, César Ríos, explicó que existen mecanismos legales para que los deportados reclamen o vendan sus bienes desde El Salvador.
“Ya tenemos una alianza con una empresa que pone a disposición su equipo legal en Estados Unidos para ayudar en estos casos”, indicó.
Por su parte, el propio William lamentó no haber recibido orientación oportuna: “Cómo me hubiera encantado tener una guía, alguien que me dijera ‘te voy a ayudar’. Tal vez no habría recuperado todo, pero sí una parte”.
Poder legal para proteger propiedades
En ese contexto, el asesor migratorio Heriberto Rivera señaló que quienes aún se encuentran en Estados Unidos pueden prevenir pérdidas al designar un poder legal que resguarde sus propiedades.
“Si alguien teme ser deportado, puede otorgar un poder legal antes de salir. Así una persona de confianza podrá vender su propiedad o administrar sus cuentas”, explicó.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Nathaly Amaya.
Además, recomendó que los documentos sean claros sobre el destino del dinero o las transacciones que se realicen.
“Si se vende una casa o un vehículo, el cheque debe emitirse a nombre del propietario deportado”, añadió.
Los especialistas coinciden en que la información y la asesoría legal son fundamentales para evitar que los salvadoreños deportados pierdan años de esfuerzo. Proteger el patrimonio, aseguran, no solo es posible, sino necesario ante una realidad migratoria que afecta a miles de familias cada año.









