Subirse a la “caja de carga” o comúnmente conocida como la “cama de un pick up” puede parecer una solución temporal, pero para cientos de salvadoreños se ha convertido en la única alternativa de transporte.
En las zonas rurales donde el autobús no llega, los llamados “camioncitos” o pick ups adaptados son parte de la rutina diaria. Sin embargo, ese viaje puede costar la vida.
Durante las últimas semanas, se han registrado accidentes en los que personas cayeron de estos vehículos en movimiento, con consecuencias trágicas. Aun así, para muchas comunidades alejadas, no existe otra opción.
Viajar en pick up: entre la necesidad y el riesgo
Heyse García, una de las pasajeras frecuentes, reconoce el peligro pero también la necesidad. “Sí, todos los días viajo. Es riesgoso, pero es el único transporte que tenemos”, cuenta García.
Ella explica que, aunque intenta prevenir accidentes, no siempre puede evitar el riesgo. “Nos sujetamos fuerte para no caernos. Si el pick up va muy lleno, prefiero no subir, pero a veces la necesidad manda”, dice.
Las historias como la suya se repiten a diario. Muchos trabajadores rurales deben subirse en la parte trasera de pick up cargados con materiales, animales o cosechas. Algunos van de pie, sin barandas ni asientos, apenas sosteniéndose del borde metálico mientras el vehículo avanza por caminos empinados o de tierra.
“Si yo veo que va muy lleno, me abstengo de irme. Pero a veces por la misma necesidad, y la falta de otros medios, toca subirse”, afirma Luis Araujo, quien a diario usa este tipo de transporte.
“Uno se arriesga. A veces el pick up ya viene lleno desde Santa Tecla y me toca ir colgado atrás”, confiesa Araujo con resignación.
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Medidas mínimas, control limitado
Algunos motoristas aseguran que procuran mantener el orden y la seguridad dentro de lo posible. “Tenemos todo en regla, con licencia y permiso del Viceministerio de Transporte. Solo evitamos que la gente se cuelgue afuera, porque es muy peligroso”, comenta José Ortiz, conductor desde hace diez años.
No obstante, la mayoría de estos vehículos son improvisados y no cumplen los estándares de seguridad. Muchos carecen de asientos y exceden la capacidad de pasajeros permitida.
El experto en seguridad vial, Hugo Mayorga, explica que el transporte rural en El Salvador es legal solo bajo ciertas condiciones. “Existe una autorización excepcional para transportar personas junto con carga, pero debe cumplirse con el límite de ocho pasajeros por tonelada”, detalla.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Sofía Shi.
Mayorga aclara que, pese a la autorización, los conductores deben cumplir todas las normas de seguridad y prevención que dicta el Viceministerio de Transporte. “No se trata solo de tener un permiso, sino de garantizar que el viaje sea seguro”, enfatiza.
Aun con los controles existentes, el riesgo sigue presente. Para muchas familias, estos pick up representan más que un simple medio de transporte: son la única forma de llegar al trabajo, a la escuela o al mercado. Cada viaje se convierte en un acto de fe, una apuesta diaria entre la necesidad y el peligro.









