Los atropellos no solo dejan víctimas y familias marcadas por la tragedia. También revelan la irresponsabilidad de algunos conductores que deciden huir de la escena. Esta acción no solo profundiza el daño humano, sino que también constituye un delito.
Las autoridades de tránsito advierten que abandonar el lugar de un percance vial acarrea sanciones administrativas, como multas, y consecuencias penales más severas. “Existen consecuencias civiles, administrativas y penales por huir de la escena”, explicó el abogado Julio Osegueda.
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Las sanciones que establece la ley al huir de la escena de un atropello
El Reglamento de Tránsito detalla que un conductor que se retire tras un atropello enfrenta sanciones económicas inmediatas. Sin embargo, cuando el responsable conduce bajo los efectos del alcohol, la situación empeora.
“Conducir en estado de ebriedad ya genera una responsabilidad penal, independientemente del accidente”, indicó Osegueda. El artículo 147 del Código Penal contempla penas de prisión de uno a tres años solo por manejar bajo los efectos del alcohol, al margen de los daños causados.
Además, las recientes reformas a la normativa eliminaron la posibilidad de conciliación en casos de lesiones culposas, lo que implica procesos judiciales más estrictos contra los responsables.
Lo que opinan los conductores
Los propios conductores reconocen la importancia de enfrentar las consecuencias en el lugar del accidente. César Vásquez opinó: “es mejor esperar y no irse, porque la ley lo ampara a uno cuando se queda”.
Jorge González, conductor, fue claro: “Aunque sea culpable, lo mejor es quedarse ahí. Huir lo convierte a uno en prófugo”.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Nereida Henríquez.
La responsabilidad de cumplir con la ley
Las autoridades recuerdan que permanecer en el lugar del atropello no es suficiente. El conductor también debe portar documentos en regla: licencia vigente, tarjeta de circulación y seguro actualizado.
En este contexto, especialistas subrayan que la prevención sigue siendo clave. Cumplir las normas de tránsito y evitar manejar bajo los efectos del alcohol reduce de manera significativa la probabilidad de provocar un accidente.
Los atropellos no solo son accidentes que marcan familias y comunidades, también son un recordatorio de que la imprudencia al volante tiene consecuencias legales y humanas que nadie puede evadir.









