Un solo disparo acabó con los sueños de Norlan Guzmán Fuentes, un salvadoreño de 37 años originario del cantón Zamorano, en Jiquilisco, Usulután. El hecho ocurrió la semana pasada durante un ataque armado contra las oficinas de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Dallas, Texas.
Su madre, María Fuentes, de 70 años, recuerda con dolor los planes de su hijo, quien ya soñaba con regresar a casa. “Me siento triste, como que camino en el aire. No lo esperaba yo. Él decía que iba a beber sopa de gallina aquí, pobrecito”, expresó entre lágrimas.
La angustia de una familia
Norlan había pasado cinco semanas detenido por conducción peligrosa antes de quedar bajo custodia de ICE. El 24 de septiembre, un francotirador abrió fuego contra las oficinas de inmigración y Guzmán Fuentes murió en el ataque.
Su hermana, Alba Fuentes, revive el momento en que recibieron la trágica noticia. “El miércoles nos llamaron para decirnos que nos preparáramos para lo peor. Pedíamos a Dios que estuviera vivo, aunque herido. Pero no fue así”, relató.
El dolor embarga a toda la familia. “Nosotros lo esperábamos vivo, no en un ataúd. Es muy difícil para nosotros”, añadió Alba, con la voz entrecortada.
Un trabajador recordado en su comunidad
Durante 17 años, Norlan trabajó en jardinería en Estados Unidos, desde donde enviaba apoyo económico para sostener a su familia en Usulután. También colaboraba con proyectos comunitarios, especialmente en escuelas de fútbol.
Su compañero José Yanes lo describió como un hombre alegre y solidario. “Le gustaba bromear y reírse. Ahora solo lo veremos en un ataúd, y eso es muy duro”, lamentó.
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Un llamado a la solidaridad
Hoy, la familia enfrenta la incertidumbre de cómo repatriar el cuerpo a El Salvador. Entre recuerdos y fotografías, piden apoyo para cumplir el último deseo de Norlan: regresar a casa.
Video / TCS. / Reportaje elaborado por: Lissette Santamaría.
La madre de Norlan, con voz quebrada, pide ayuda a quienes puedan colaborar. “Me duele el alma. Solo quiero tenerlo aquí, donde siempre soñó volver”.
La tragedia de Norlan Guzmán Fuentes no solo enluta a una familia salvadoreña, también deja en evidencia los riesgos que enfrentan muchos migrantes en su búsqueda por un futuro mejor.









